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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Multar por multar

El día 3 de agosto de 1987 regresaba yo en dirección a Muros, luego de pasar unos días en Carnota. Ya desde antes de la localidad de Lira, los conductores que circulaban en sentido contrario venían haciéndome señales insistentemente, por lo que decidí aparcar en la orilla de la calzada y echar una ojeada a la parte delantera del coche. Como no observara nada anormal volví a continuar la marcha. A unos 150 metros aproximadamente estaba una pareja de motoristas de tráfico. Uno de ellos me dio el alto. "Usted ha parado hace un momento para ponerse los cinturones de seguridad". Negué, porque no era cierto, y le expliqué que mi parada era por lo de las luces, que ahora, al encontrarlos, me lo explicaba.Como por lo del cinturón no podía (?) multarme, comenzó a mirar alrededor del coche. "La matrícula no es reflectante. Como en realidad lo era, pasó a otra cosa. "Tiene en la letra correspondiente a la provincia un ligero arañazo". No le debió de parecer contundente y se fue a las ruedas. Las delanteras estaban nuevas del todo. "Las ruedas traseras no sé si alcanzarán el milímetro reglamentario". Y así. Cuando dio la vuelta completa, me pidió el carnet de conducir. ¡Albricias!, había caducado 10 días antes. Multa de 5.000 pesetas.

A partir de la fecha de caducidad hay un mes para renovarlo, pero -según la letra de la ley- la multa es totalmente legal. Punto.

Pero yo digo al señor jefe de Tráfico, don Gonzalo Ocampo Suárez-Valdés, que es el que firma: señor Ocampo, para este viaje no hacen falta alforjas. La razón básica y fundamental que la justifica la existencia del organismo Tráfico es la consecución de una mayor seguridad en las carreteras, en el tráfico. Con parejas de motoristas aparcadas a la sombra, levantando la mano, solamente se para, obviamente, "a los que paran". O sea, de alguna manera, a las personas que cumplen. Los cacos que huyen, los infractores graves, posiblemente aceleren. Señor Ocampo, con parejas estáticas levantando el brazo a ver lo que cae sólo se logra recaudar. Y para esto sobran motos y coches. Se pone un fielato como los de antes, se. detienen los coches de 10 en 10 o de 20 en 20 y se logra más con menos gasto.

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En fin, todo muy aséptico, pero mal regusto de boca, por lo que indica de inoperancia, absurdo y, en el fondo, de injusticia. Así me explico el terror que por aquella zona le tienen a Tráfico, a la que va poco, pero cuando lo hace se "nota".

No es una carta contra Tráfico, sino para tratar de mejorar el país.-

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