El IRI italiano decide privatizar el 20% de Mediobanca en enero

El Instituto de Reconstrucción Industrial (IRI), que agrupa a las empresas estatales de Italia, ha decidido privatizar, a partir del próximo mes de enero, su participación en Mediobanca, una entidad que está formada por los tres primeros bancos del país: Banco de Roma, Banco Comercial Italiano y Crédito Italiano.Esta operación constituirá la mayor privatización en la historia republicana de este país, lo que ha preocupado rápidamente al llartido Comunista Italiano (PCI). Se trataría de que los inversiores. privados, que hoy tienen en Mediobanca sólo el 6% de las acciones, frente al 56% que poseen los tres bancos citados, puedan comprar hasta el 20% del capital social.

La oposición de los comunistas ante este proyecto de privatización viene a complicar aún más la situación económico-social italiana, justo en unos momeritos en que se enardece la polémita sobre la reciente propuesta del sindicato socialista Unión Italiana de Trabajadores (UIL) para reglamentar las huelgas por ley, especíalmente en lo que atañe a los servicios públicos.

Hay quine critica abiertamente a la UIL por haber planteado la cuestión y quien, por el contrario, la aplaude públicamente. Entre estos últimos figura nada menos que el ministro de Trabajo, el socialista Rino Formica, de la izquierda del partido, quien afirmó ayer que una ley de huelga "es hoy el único instrumento útil" para hacer frente a la grave sítuación creada en el país por "grupos minoritarios, radicalizados y corporativistas, que han escapado del control de las grandes centrales sindicales y que ahora dirigen ellos la danza".

No se trata, añadió Formica, de eliminar el derecho de huelga, contemplado por la Constitución, y que beneficia tanto a los sindicatos como a los trabajadores, sino de "evitar los abusos". Según el ministro italiano de Trabajo, es muy importante que una sugerencia de este tipo haya salido de un sindicato, porque ello contribuirá "a quitar veneno" a la situación.

Y mientras los dos gremios sindicales más numerosos, la CGIL (comunista) y la CISL (democristiana), continúan oponiéndose al proyecto de reglamentación del derecho de huelga, los partidos políticos se van uniendo a favor de tal hipótesis.