Citas bíblicas

Estos días se observan en Prensa diversa comentarios sobre el celibato sacerdotal -congreso de sacerdotes casados y programas televisivos recientes - (EL PAIS del 30 de agosto de 1987) exponiendo inconvenientes de tipo pastoral o sobre la no conveniencia del sacerdocio femenino, que, al parecer, no trata el sínodo de obispos, e incluso utilizando citas bíblicas. Yo aconsejaría a estas personas bienintencionadas que no saquen un texto de su contexto, en este caso, de la totalidad bíblica.¿Qué dice la Biblia -porque Biblia es desde el Génesis hasta el Apocalipsis, y palabra inspirada de Dios (según aseveración de todos los cristianos, sean de la confesión que sean), toda ella- sobre el estado civil de los sacerdotes o presbíteros? Ahí va una elocuente muestra sacada, para evitar maliciosas interpretaciones, de la prestigiosa versión católica Nácar-Colunga y perteneciente a la I Epístola (carta) de san Pablo a Timoteo, capítulo 3, versículos 2. y siguientes: "(.. .) es preciso que el obispo (presbítero) sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, morigerado, hospitalario, capaz de enseñar; ¡lo dado al vino ni pendenciero, sino ecuánime, pacífico, no codicioso; que sepa gobernar bien su propia casa, que tenga los hijos en sujeción, con toda honestidad; pues quien no sabe gobernar su casa, ¿cómo gobernará la Iglesia de Dios?...". ¿No es cierto que porción bíblica tan contundente sobre el tema no la enseñan en los seminarios ni la leen en las lecturas bíblicas de las misas? (Tampoco han leído jamás las durísimas diatribas bíblicas contra los ricos: Epístola de Santiago, capítulo 5, versículos 1 al 3.)

Debo añadir que el presunto primer Papa -o sea, san Pedro-, como es sabido, era casado y tenía suegra. ¿Cómo se las arreglaba pastoralmente hablando? ¿Y san Pablo, que igualmente trabajaba en su oficio? Los ejemplos podrían seguir. ¿Sirven los expuestos para no negar -in mente- el sacerdocio a quien no tenga voluntad de célibe, pero sí vocación para sacerdote? Sobre el posible sacerdocio de la mujer puede decirse que la no ordenación femenina es una imposición de. la mentalidad machista que rodea a toda la época bíblica, pero hoy día no tiene base social. Hasta la misma nobiliaria ha terminado con la preferencia sucesoria a los títulos por parte del varón no primogénito, considerada discriminatoria para la mujer (sentencias del Tribunal Supremo de 20 de junio de 1987 y 22 de julio de 1987), en aplicación de la Convención de Nueva York de 18 de diciembre de 1979, sobre Eliminación de todas las formas de discriminación de la mujer, ratificada por España, pero, al parecer, no por el Vaticano.-