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El Tesoro renovó 70.000 millones de pesetas en pagarés

La Dirección General del Tesoro emitió ayer algo más de 70.000 millones de pesetas en pagarés a 18 meses de amortización y al tipo de interés que viene siendo tradicional en las últimas subastas, el 8% en rendimiento, mientras que los vencimientos para esta quincena superaban los 500.000 millones de pesetas. Las diferencias entre peticiones de pagarés por parte de bancos y cajas de ahorro y particulares por una parte y los vencimientos de los ya existentes empiezan a ser tan grandes que apenas si se puede explicar qué ocurre con esta activo que goza de opacidad fiscal.Mientras que en unas ocasiones las peticiones superan con creces las amortizaciones de los títulos, en otros casos el dinero nuevo apenas cubre una mínima parte de los vencimientos que tienen lugar en la quincena. Ello se puede deber tanto a tomas de posiciones de las entidades financieras que prefieren "ir cortas" de pagarés con los que cubrir el coeficiente de control monetario ante la idea de que el Ministerio de Economía acabe aceptando que dicho coeficiente se puede cubrir con otros títulos públicos distintos a los pagarés del Tesoro como al convencimiento de que los tipos de interés no van a variar sustancialmente en la próximas semanas y que, de hacerlo, lo harían al alza por lo que más valdría esperar a tiempos mejores.

En la emisión de pagarés realizada ayer las peticiones sumaron un total de 70.000 millones de pesetas mientras que los vencimientos superaban el medio billón de pesetas. Esta situación no se corresponde con los movimientos de las últimas emisiones en los que las peticiones superaban con creces el volumen de las amortizaciones. Es posible que las entidades financieras hicieran un cierto acopio de títulos -ante posibles temores de reducción de los tipos de interés al ser más rentables los pagarés que el resto de los activos financieros del Estado para quienes quieran ocultar dinero fiscalmente- y que en estos momentos haya un cierto exceso en el mercado.

En todo caso, y la vista de la diferencia entre oferta de dinero y demanda, de títulos, cabe estimar que los inversores podrían haber descubierto una vía alternativa de inversión, con cierta impunidad fiscal o con el convencimiento de la imposibilidad de Hacienda de rastrear totalmente los rendimientos de capital, para parte del dinero que trata de buscar lugares distintos a los pagarés. El dinero no opaco fiscalmente tiene, como alternativa, la inversión en letras del Tesoro.

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