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Un taxista, secuestrado una hora por un joven que fingió portar una bomba para un atentado

El taxista Benito Jiménez Herranz, de 60 años, fue secuestrado el pasado domingo, junto con su vehículo, por un joven que le amenazó con una supuesta bomba que portaba consigo. El desconocido dijo que pretendía atentar contra la Embajada de Irán, país al que responsabilizaba de la reciente muerte de su padre en el golfo Pérsico, supuestamente a bordo de un petrolero. Aseguró que los siete hermanos dependían del salario del fallecido.El secuestrador tomó el taxi de Benito alrededor de las doce de la mañana en la glorieta de Atocha, en Madrid, y le pidió que lo llevara a Villaviciosa de Odón, donde dijo que residía su familia. Sin embargo, cuando llegaron a esta localidad puso un puñal en el costado del conductor y le obligó a continuar la marcha.

Le indicó además que portaba una bomba y que tuviera cuidado al conducir, porque el menor bache podría hacerles saltar por los aires. A 11 kilómetros de Robledo de Chavela, el secuestrador dejó en la cuneta a Benito, no sin antes quitarle 2.500 pesetas y obligarle a que le explicara cómo se metían las marchas y otros rudimentos de la conducción.

El desconocido regresó hacia Madrid, y a las tres de la tarde embestía el taxi, que quedó seriamente dañado, contra un autobús en Getafe. Advertida la presencia de la bomba, los artificieros policiales la hicieron estallar tras comprobar que carecía de carga explosiva, aunque estaba "perfectamente montada" en cuanto a activadores electrónicos.

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