El Barça se salvó por la poca entidad del Os Belenenses
JOSÉ M. SIRVENTLuis Aragonés sigue sin conocer la victoria desde que es entrenador del Barcelona. Luis se ha pasado ocho días repitiendo hasta la saciedad que los problemas del Barça son anímicos, pero lo cierto es que ya se empieza a dudar de sus teorías. Luis estaba inquieto horas antes del encuentro, como si barruntara algo, como si supiera lo que se le avecinaba. Tenía la cabeza repleta de mucha información sobre Os Belenenses y,de nada le sirvió porque. una cosa son las flechitas y dibujos de Enrique Orizaola y los consejos de José Luis Romero y otra que asimilen esa información quienes deben llevar las teorías a la práctica. Y los jugadores de este Barija que ha gestado Josep Lluís Núñez en nueve años de mandato presidencial están para retirarse a un balneario y recibir tratamiento de aguas termales. Suerte tuvieron de que el rival fuera un equipo endeble porque podrían estar ya eliminados.
Ahora quizá se cumpla la profecía del técnico alemán occidental Udo Lattek y su compatriota Berrid Schuster sea la nueva cabeza de turco. A Núñez no le faltarán argumentos y recordará a sus socios cómo perdió Schuster aquel balón a pies del búlgaro MIadenov, a los cinco minutos, que le costó el gol al Barça. Será, si se produce, un parche más, pero no la solución para un equipo que está tocado en su línea de flotación y no hay nadie capaz de achicar e¡ agua que entra por sus agujero.
Ante Os Belenenses, el Baro;a intentó jugar al estilo Luis, pasando el balón en corto, intentando triangular y penetrar por las ban.. das. Pero este Barça no es el Atlético del popular Zapatones. Es un cuadro triste, descerebrado y, fisicamente, mal preparado que: juega casí como un conjunto de: pueblo y hasta responde a las provocaciones del rival con las mismas armas. Pasa apuros en la defensa porque su centro del campo es incapaz de coordinar sus, acciones y presionar al contrario. Y, cuando se acuerda de cómo se realiza una jugada de gol, la desperdicia. lamentablemente porque no tiene a nadie capaz de resolverla y sí posee a un tronquito llamado Líneker.
Francisco Marinho, el entrenador de Os Belenenses, pedía corno agua de mayo un gol tempranero para poder sacar adelante la eliminatoria. Para conseguirlo alineó a tres puntas natos, Mladenov, Mapuata y Chiquinho, y dio unas consignas claras a sus jugadores:, entrar sin miramientos al rival y asustarle con todo tipo de triquiñuelas. Alcanzó el primer objetivo y también intimidó al Barcelona ante la permisividad de un árbitro suizo que: estuvo a tono con el partido. Pero Marinho sólo pudo acariciar la posibilidad de eliminar a su ex equipo como jugador.
Os Belenenses dispuso de muchas oportunidades para haber acentuado la crisis del Barcelona, especialmente en un remate parabólico del búlgaro Mladenov, a los 15 minutos, que Zubizarreta atrapó con apuros y en un cabezazo de José Antonio que el guardameta azulgrana desvió con un brazo de pura casualidad.
El Barça, por el contrario, sólo creó una ocasión clara de gol en un remate de Urbano que salvó bajo los palos Teixeira. El equipo azulgrana batió en una ocasión al meta portugués, pero el tanto de Víctor fue anulado por el fuera de juego previo de Lineker.
Al conjunto azulgrana le salvó la fortuna y el hecho de que enfrente tuviera un rival poco experto. Y el partido, como pudieron comprobar los aficionados barcelonistas a través de TV-3, fue un sucedáneo de algo llamado fútbol.
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