El 'destape' del 'tapado' méxicano
Tres de los seis políticos seleccionados cuentan con posibilidades de conseguir la candidatura del PRI en las presidenciales de 1988
La capital de México es un hervidero de rumores, conjeturas y nervios en los sectores políticos ante la designación del precandidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que puede ocurrir en los próximos días. El ritual del destape, descubrir el nombre del tapado -el candidato del PRI en la elección para presidente de México de 1988-, presenta al final de este sexenio presidencial características insólitas.
Las críticas de la Corriente Democrática del PRI contra la falta de transparencia del destape y el antidemocrático dedazo -uso consuetudinario que permite al presidente designar el candidato que le sucederá- no fueron en vano. Acuciada por esas acusaciones, la dirección del PRI sacó de la chistera una original escenificación del destape.A mediados de agosto el presidente del PRI, Jorge de la Vega, anunció que tras su gira por todo México para conocer la voluntad de las bases, se había seleccionado a seis políticos, "merecedores de ser considerados para alcanzar la precandidatura del PRI a la presidencia de la República". Los seis son siempre nombrados por riguroso orden alfabético: el regente (gobernador) del Distrito Federal, Ramón Aguirre (52 años); el secretario (ministro) de Gobernación, Manuel Bartlett (51 años); el de Energía y Minas, Alfredo del Mazo (43 años); el procurador general de la República (especie de ministro de Justicia), Sergio García Ramírez (49 años); el secretario de Educación Pública, Miguel González Avelar (50 años); y el de Programación y Presupuesto, Carlos Salinas (39 años).
Los seis comparecieron, en días diferentes y por orden alfabético, ante la cúpula del PRI y cada uno leyó durante unos 45 minutos su texto programático. La Prensa asistió a los discursos, que fueron transmitidos por televisión. No se admitían preguntas sobre lo que cada uno expuso. Este nuevo sistema de destape ha sido considerado por los sectores críticos como "una farsa"; así opina la revista Proceso. Muchos piensan que se trata de la aplicación del viejo principio de "hagamos que todo cambie, para que todo siga como está".
Nuevo mecanismo
A pesar de estas críticas, no cabe duda de que el PRI ha puesto en marcha un nuevo mecanismo. Se ha venido abajo la máxima tradicional sobre los tapados: el que se mueve no sale en la foto. Los seis políticos han tenido que moverse y lucir sus encantos ante la cúpula priísta y la opinión pública. Los contenidos de las exposiciones no permiten discernir mucho sobre los programas de los seis. Se acumularon los tópicos tradicionales, las referencias positivas al actual presidente, Miguel de la Madrid, que en definitiva es el Gran Elector y detentador de la facultad del dedazo definitivo, y los seis intentaron borrar los aspectos negativos de su imagen.Los acusados de tecnócratas se esforzaron por presentarse como políticos. Los que no dominan la economía hacían cabriolas para demostrar su capacidad en la materia. Esto no planteaba problemas mayores, porque no hubo posibilidad de replicar y preguntar sobre lo expuesto.
La falta de discusión sobre los contenidos concentró el interés en los detalles accesorios de cada comparecencia. El regente Aguirre Regó en metro a la sede del PRI, Bartlett y del Mazo conducían su automóvil, aunque por su condición de secretarios tienen chófer, que no tuvieron reparo en usar García Ramírez y González Avelar. A Salinas le llevó en coche el oficial, de su secretaría.
Con minuciosidad relataron las crónicas lo que se desayunó en cada comparecencia y el aplausómetro cronometró la duración de los aplausos posteriores a cada intervención. No pasó desapercibido que el presidente del PRI, De la Vega, siguió el aplauso a del Mazo cuando los asistentes ya habían cesado. No hubo en esta ocasión acarreados, los que por un bocadillo, un refresco y unos pesos van a formar la claque de los actos políticos. Salinas tuvo que afrontar los gritos y pancartas de un grupo de mujeres, que protestaban contra la política económica. Según todos los indicios, fueron enviadas por el sindicato de petroleros, que se la tiene jurada al máximo responsable de Economía.
Cada gesto, cada detalle se interpreta y mira con lupa estos días previos al destape de verdad del definitivo precandidato priísta, que con toda seguridad ganará la elección presidencial. Así ha ocurrido en los 58 años de existencia del partido con su actual nombre y los anteriores. Los conocedores de la polaca (política) coinciden en que, de los seis, sólo tres tienen posibilidades reales de "sacar la grande" (ganar la lotería). Estos tres son los mismos que suenan desde hace meses: Bartlett, Del Mazo y Salinas. Los otros tres se consideran como una cortina de humo para enmascarar más el destape. Si el tapado no fuese uno de estos tres, la sorpresa sería histórica.
Con un arsenal hermeneútico que deja en mantillas a la kremIinología los expertos en grilla (intriga política) destacan que Bartlett llegó tarde a un banquete de la Cámara de Comercio y rápidamente se le hizo hueco a la diestra del presidente. En las últimas horas muchos se devanan los sesos para descubrir el significado de que uno de los hombres de confianza de del Mazo, su tocayo y sucesor como gobernador del Estado de México, Alfredo Baranda, vaya a ser enviado a la Embajada de México en España.
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