Derrotas de Emilio Sánchez y Tomás Carbonell en el Godó
Los españoles Emilio Sánchez Vicario y Tomás Carbonell fueron derrotados ayer en los cuartos de final del torneo Godó, Open de España de tenis. Emilio perdió ante Martín Jaite (Argentina) por 6-3 y 7-6 (7-0), y Tomás cayó ante Mats Wilander (Suecia) por 6-0 y 6-3. Las semifinales se jugarán hoy. Mats Wilander se enfrentará a Guillermo Pérez Roldán (Argentina), que ayer ganó a Andrés Gómez (Ecuador) por 6-3, 1-0 y abandono por lesión, y Martín Jaite jugará contra Eduardo Bengoechea (Argentina), que derrotó a Miloslav Mecir (Checoslovaquia) por 6-4 y 6-1. Si otros años la presencia sueca era mayoritaria, esta vez son los argentinos los que han copado las semifinales.
La derrota de Emilio Sánchez Vicario fue la más preocupante. Cuando tan sólo falta una semana para la semifinal de la Copa Davis ante Suecia, Emilio dio muestras de cansancio físico y mental en su partido ante Martín Jaite. El compromiso era difícil, porque Jaite, pese a ser argentino, se formó tenísticamente en Barcelona junto a Emilio y con el mismo entrenador, William Pato Álvarez. Son dos jugadores muy similares. Seguros en el fondo, con buen saque y volea definida, y una excelente preparación física, parecen sólo diferentes por el color del cabello.
Más fresco
Pero ayer Emilio se encontró con un replicante más fresco que él. Tras perder la primera manga por 6 a 3, Emilio cometió varios fallos impropios de él, y llegó a desperdiciar una bola de set con 5-4 a su favor. La muerte súbita prácticamente no existió. Martín, que se va a comprar un piso en Barcelona donde, en invierno, preparará el circuito con Pato Álvarez, ganó por 7 a 0 con muchos fallos del español.Las declaraciones tras el partido no desvelaron la razón del flojo rendimiento de Emilio Sánchez Vicario: "Estaba cansado, pero esa no ha sido la causa de la derrota. En Barcelona nunca juego bien. No estoy suelto, los nervios me atacan, como si pensase en otras cosas". ¿Qué cosas? "No sé, estás en tu ciudad, en tu club, y piensas en otras cosas que no son el tenis". ¿Qué cosas? "Bueno, me encuentro con mucha gente a la que no veo hace tiempo, y me cuentan sus problemas, y esos problemas me afectan. Es algo que me afecta a mí, y que ni siquiera Pato Álvarez puede ayudarme a resolver".
"Ojalá en la Copa Davis no juegue así", añadió. "En Barcelona no soy yo. Durante todo el año no juego tan mal como lo he hecho aquí. Estoy cohibido, juego apagado, sin alegría". Manuel Orantes, el capitán del equipo español, no estaba especialmente preocupado por el rendimiento de Emilio: "Quizás sea positiva la derrota, porque así podrá descansar unos días más. Este año lleva un programa muy apretado, y tanto la cabeza como las piernas deben notarlo. Los problemas que dice tener no me preocupan. Por eso nos concentraremos en un hotel, para aislarnos de la gente".
El partido entre Tomás Carbonell y Mats Wilander prácticamente no existió. Wilander es e jugador más regular del mundo y Tomás, ya de por sí inconstante, se vio demasiado afectado por la presión de jugar en cuartos de final. Ganó su primer juego, 3 una aclamación, a los 55 minutos.
Otro encuentro inexistente fue el Mecir-Bengoechea. Mecir, pese a estar entre los 10 mejores del mundo, es un jugador atípico, propenso a las rarezas. Ayer, además, estaba enfadado con la organización: "Terminé el partido de dobles del pasado jueves a las 2 de la madrugada, y me han colocado en una pista menor en la hora de máximo calor". Bengoechea ganó fácilmente mientras a Mecir se le escapaba la raqueta, no corría tras las bolas, o golpeaba sin fuerza.
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