Una prostituta, detenida en relación con la muerte de un joven sacerdote jesuita
Laurence Genevieve Bemedic, una mujer de 31 años nacida en Casablanca, ha sido detenida en relación con la muerte de un hombre de 27 años, Jesús Hipólito García Blázquez, sacerdote jesuita, a quien acompañó a su domicilio con el supuesto señuelo de tener una aventura amorosa, y una vez allí, le narcotizó y desvalijó. La detenida ha sido reconocida por varios testigos y víctimas como la presunta autora de varios delitos del mismo tipo, aunque sin resultado de muerte en estos casos.
El cuerpo sin vida de Jesús Hipólito García fue encontrado en el apartamento número 3 de la primera planta de un gran edificio, parte del cual todavía está en construcción, con entrada por la calle del Conde de Serrallo. El 9 de septiembre, miércoles, alguno de los escasos vecinos que habitan la parte construida del edificio avisaron a un encargado de las obras del mal olor que se percibía en la primera planta. El encargado, según relató a este periódico, se olvidó del asunto, pensando que se trataría de alguna bolsa de basura abandonada. Al día siguiente, jueves, los vecinos insistieron en el mal olor y el encargado abrió la puerta del apartamento."Había un olor verdaderamente espantoso", afirmó el encargado. "Sólo entré un poco, porque en seguida vi el cuerpo de un hombre caído en el suelo. No le vi la cara ni el torso porque le tapaba un mueble, pero sí las piernas, y estaba vestido. Me puse muy nervioso, casi ni acerté a cerrar la puerta con llave de nuevo. Avisamos a la policía y se lo llevaron". El cuerpo fue levantado por orden del juez de guardia y trasladado al Instituto Anatómico Forense.
Jesús Hipólito García fue enterrado días después en Salamanca. El Adelantado, periódico de dicha ciudad, publicó el día 16 de septiembre una esquela en la que figuraba el nombre de la víctima y las siglas SJ (correspondientes a sacerdote jesuita). La esquela fue encargada, según rezaba en el texto, por los familiares de la víctima y las comunidades de la Compañía de Jesús de la ciudad.
Nadie en el edificio conocía, salvo de vista, al joven. Era un hombre fuerte y alto y habitaba el piso sólo desde hace poco menos de un mes, aunque parece ser que no fue alquilado por él, sino por su novia. El piso había sido desvalijado por los presuntos autores de su muerte, ocurrida algunos días antes.
Fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid informaron que en una mesa del apartamento aparecieron dos copas de coñá y restos de cigarrillos de dos marcas diferentes. No había ningún envase ni restos de medicamentos que pudieran avalar la hipótesis de un suicidio, ni tampoco el cuerpo de la víctima presentaba ningún signo de violencia. La policía encontró a un testigo que afirmó que dos días antes del hallazgo del cadáver había visto a la víctima subir a su apartamento acompañada de una mujer joven y rubia.
Por otra parte, la policía había tenido ya noticias de dos robos ocurridos en domicilios particulares, los días 5 y 7 de septiembre, por el mismo sistema: una mujer, presunta prostituta, que accede a acompañar al cliente a su domicilio y allí le narcotiza y le roba el dinero y los objetos de valor que encontrara en la casa, fundamentalmente joyas.
Inspectores de la Brigada de Policía Judicial y del gabinete regional de identificación ya habían establecido la identidad de la presunta autora de estos robos, la citada Laurence Genevieve Bemedic. El día 13 de septiembre fue denunciado un robo similar, y la misma mujer fue identificada como responsable. Uno de los robos fue doble, ya que la mujer, tras narcotizar a su víctima, se apoderó de su carné de identidad, donde figuraba su antiguo domicilio, el que compartía con sus padres, y se presentó en el mismo, vacío en ese momento, con las llaves que también había quitado a su dormido cliente. En la casa de los padres de aquél se apoderó, según la denuncia presentada, de joyas y otros objetos valorados en unos 10 millones de pesetas.
La detención de Laurence Genevieve se retrasó hasta la madrugada del 18 de septiembre. La policía había ido días antes a buscar a la mujer a su domicilio habitual, en el número 38 de la calle de San Andrés, donde habita con su esposo, de nombre Carlos, y un hijo de siete años. La mujer, a raíz de la muerte del sacerdote, había huido, y luego se supo que se había alojado en una pensión de la calle de San Sebastián.
Reconocida y detenida
Sin embargo, fue localizada el día citado en una terraza del paseo de la Castellana, donde se sabía que acudía con frecuencia a buscar clientes. La mujer se había cambiado el color y el corte del cabello, pero fue reconocida y detenida. En el momento de su detención había entablado conversación con dos hombres, posibles futuras víctimas, según la información policial.
Nacida en Casablanca, con pasaporte francés, Laurence Genevieve Bemedic tenía antecedentes por tres robos idénticos a los sucedidos en septiembre. En la habitación que ocupaba en la pensión se encontraron más de medio millón de pesetas y un documento de uno de los robados. La mujer, siempre según la información de la Jefatura Superior de Policía, se ha negado a prestar declaración. Tampoco ha sido posible hallar pastillas o alguna sustancia de las que presuntamente utilizaba para dormir a sus víctimas.
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