Los servicios de Barajas
Soy argentina, y he venido a España para visitar a una hija, que reside en Barcelona. Saqué pasaje en Iberia (Buenos Aires), y en el aeropuerto me indicaron que debía facturar el equipaje a Madrid y reexpedirlo desde allí. En la capital de España mi desagrado por aquello se tornó en angustia: no había carritos portaequipajes, las escaleras mecánicas no funcionaban y tampoco los ascensores. Tuve que subir por mis propios medios los 20 kilos de mis dos maletas más el equipaje de mano, hasta la segunda planta. Tengo 68 años, llegó un momento en que creí no poder seguir: mi fatiga y mi desesperación llegaban al máximo.Pienso que estos hechos conspiran contra el turismo. Tengo mucho amor por España y estos amargos momentos los relegaré al olvido, pero en otra gente pueden generar la decisión de no volver nunca más.- Iris Ucha Martínez.
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