Posible auge de la extrema derecha en las elecciones comunales noruegas
Los noruegos concurrieron ayer a las urnas para elegir las autoridades de 454 comunas del país, tras una intensa campaña electoral inusualmente fervorosa si se tiene en cuenta que no es el Gobierno nacional el que está en juego. Diversas circunstancias han contribuido a ello. Por un lado, la situación de crisis económica que vive el país como consecuencia de la caída de los precios del petróleo, y, por otro, la alarma ante la favorable respuesta popular que el discurso político del líder del Partido del Progreso, de extrema derecha, Carl I. Hager, ha tenido durante la campaña electoral.Dicho partido tuvo su caudal inicial de partidarios entre los descontentos, de diversa extracción, con los impuestos, con los políticos, con los extranjeros. Progresivamente ha ido reclutando adeptos entre otras capas, y hoy se señala a la juventud universitaria como uno de sus soportes.
En las elecciones parlamentarias de 1985, el Partido del Progreso obtuvo el 3,3% de los votos, lo que le significó cuatro mandatos en el Parlamento, con lo que se convirtió en un factor decisivo dada la paridad de fuerzas entre los bloques socialista y burgués. Hace un par de meses evitó la caída del Gobierno socialdemócrata de Gro Harlem Brundtland al negar sus votos al bloque burgués. Las encuestas previas le asignan ahora alrededor de un 10%, lo que lo convertiría en el tercer partido después de laboristas y conservadores.
Si bien el crecimiento de la extrema derecha ha sido principalmente a costa de los conservadores y la actitud de los líderes tradicionales ha sido la de ignorar a Hager y su partido, rechazando los burgueses su colaboración, parece dificil que se pueda seguir desconociéndolo.
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