Una sede lastrada desde su elección
Cuando, en 1981, durante el congreso olímpico de Baden Baden (RFA), el Comité Olímpico Internacional (COI) eligió a Seúl como sede, volvió a cometer la osadía de pensar, un año después del boicoteo a los Juegos de Moscú, que aquello no había tenido tanta importancia como para repetirse. Y no sólo se produjo la contestación en Los Ángeles, sino que, con Corea del Sur, la inestable y débil posición del olimpismo no podía mejorar. Era un candidato lastrado.A los pocos meses vino ya la petición de Corea del Norte para la organización conjunta. El COI, bordeando siempre el incumplimiento de la Carta
Olímpica, que concede los juegos a una ciudad, no a un país, ha tratado de mediar entre los dos comités olímpicos nacionales coreanos, pero aún no ha conseguido un acuerdo. Después de cuatro reuniones, la última oferta del COI da a los norcoreanos el tiro con arco, el tenis de mesa, el voleibol femenino, un grupo de fútbol y la prueba ciclista masculina de fondo en carretera.
Corea del Norte, que siempre ha tratado de conseguir más protagonismo, con la presión del boicoteo al fondo, e incluso negó el acceso al país a una delegación del COI, rebajó su penúltima aspiración de ocho deportes completos a cinco -fútbol, tiro con arco, tenisde mesa y dos sin precisar- más el voleibol femenino. Como el COI se mantuvo firme y no aceptó esto, los norcoreanos pidieron una quinta reunión, a lo que el COI se negó también, instándoles a contestar previamente. Ya, más o menos, utilizando su misma táctica de aburrimiento.
La última sorpresa ha sido la citación por sorpresa a los representantes surcoreanos el pasado sábado en Panmunjón, en la zona desmilitarizada entre los dos países, para entregarles tina nota importante. Pero éstos se negaron porque las reuniones o las cartas, dijeron, "hay que hacerlas o entregarlas en tiempo y forma, no fuera del horario de oficinas".
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