La salud mental de los agentes
Interior no realiza controles psíquicos periódicos a los policías que portan armas
El Ministerio del Interior no efectúa controles psíquicos a los policías que portan armas de fuego, a excepción de los que se realizan en la academia de policía cuando los aspirantes optan al ingreso. Fuentes oficiales y policiales coinciden en asegurar que existe "una precariedad" en este aspecto, y los actuales responsables de la Dirección General de la Policía (DGP) ponen sus esperanzas para cambiar esta situación en un futuro decreto sobre formación y perfeccionamiento de los policías, que incluye como principal novedad la creación de plazas de facultativos que cubrirán sobre todo médicos y psicólogos. Estos profesionales tendrán fundamentalmente una misión: garantizar la salud mental de los agentes.
La DGP cuenta actualmente con un gabinete psicológico en la academia de policía, que efectúa a todos los aspirantes a policías unas pruebas que consisten en la resolución de unos cuestionarios con los que se pretende determinar si su salud mental les permite usar armas de fuego. En la misma academia de policía se repiten de nuevo estas pruebas. "La desatención surge una vez que acabas tu etapa formativa y empiezas a ser un policía", manifestó un agente con más de 11 años de servicio al que no se le ha realizado un control psíquico desde que acabó en la academia. Desde ese momento, un agente no volverá a enfrentarse con un cuestionario psicológico en toda su vida profesional, a excepción de dos supuestos.
El primero surge cuando "se detecta una anomalía", según fuentes oficiales. El policía pasa entonces a ser tratado por el gabinete de estudios psicosociológicos de la DGP, cuya escasez de medios es admitida por todas las fuentes consultadas. El problema radica en que la detección suele ser demasiado tarde, cuando el agente ha cometido un acto irreversible, según admiten fuentes policiales. La mayoría de las veces suele tratarse de cuestiones de escasa relevancia, aunque también se dan casos de suicidios y homicidios.
El otro supuesto se da en los cursos de ascenso a comisarios que los inspectores realizan. Sin embargo, fuentes policiales resaltan esta contradicción: un inspector se pasa la mayor parte del día en la calle, y en su ámbito de actuación se dan continuos enfrentamientos armados con delincuentes. El arma en él es fundamental. Cuando pretende ascender a comisario, es decir, a un puesto de responsabilidad, pero fundamentalmente burocrático, es el momento en que se le somete a unas pruebas para determinar su estado de salud mental.
Pruebas psicológicas
Una vez que la unificación de los dos antiguos cuerpos policiales (el superior y el nacional) se efectúe de hecho, cualquier agente que pretenda ascender deberá pasar pruebas psicológicas efectuadas por los psicólogos de la academia. Los actuales responsables de la DGP elaboran varios proyectos legislativos que permitan la creación de plazas de facultativos médicos y psicólogos que puedan atender periódicamente a los policías y superar la precariedad de la actual situación. La creación de estas plazas aparece en el proyecto de real decreto sobre régimen jurídico de los miembros del Cuerpo Nacional de Policía. En su artículo sexto se indica que "en el cuerpo existirán las plazas de facultativos y técnicos que sean necesarios para la cobertura y apoyo de la función policial".
Sin embargo, el desarrollo de este precepto normativo aparece en otro proyecto de real decreto sobre formación y perfeccionamiento de los funcionarios policiales. En este último texto, que verá su aprobación el próximo otoño, se dedica a las plazas de facultativos cerca de la mitad del articulado. Interior pretende crear gabinetes de psicólogos y de médicos con el objetivo de atender a la salud mental de estos funcionarios de la Administración que portan armas de fuego.
En el proyecto sobre el régimen jurídico se ha incluido una importante salvedad que limita el uso del arma de fuego a los agentes. En el artículo 23 se indica que los agentes deberán llevar el arma reglamentaria tan sólo cuando se hallen de servicio, y no siempre como señalaban anteriores reglamentos.
Esta reforma tiene también su repercusión en otro futuro texto legislativo: el anteproyecto de ley sobre segunda actividad.
El director de la Policía tendrá facultad para trasladar a segunda actividad a los agentes que muestren una anomalía psíquica.
El artículo tercero de esa futura ley señala que podrán ser relevados los agentes "por insuficiencia apreciable de las facultades psicofísicas para el desempeño de la función policial".
Por su parte, el Sindicato Unificado de Policía (SUP), mayoritario entre los agentes, ha pedido que los controles psíquicos se generalicen y se realicen de forma periódica, según señaló a este diario Leovigildo Gala, secretario de prensa del SUP.
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