El partido de béisbol Cuba-Puerto Rico provocó nuevos incidentes en los Juegos Panamericanos

El partido de béisbol Cuba-Puerto Rico propició nuevos incidentes entre supuestos miembros de grupos anticastristas y jugadores cubanos, que se zanjaron gracias a una rápida y enérgica intervención de la policía. El encuentro fue mucho más difícil de lo previsto para los cubanos, que se jugaban el pase a la final frente a Estados Unidos, y por ello el Juego acumuló cierta tensión, que estalló al terminar el partido al lanzarse gritos desde la grada contra los jugadores cubanos, que se aproximaron hacia el público para responder a las voces. Un bateador de Cuba, Víctor Mesa, perdió el control de los nervios y hubo de ser inmovilizado por un policía, al tiempo que fuerzas de seguridad desalojaban a los protagonistas de los gritos de sus lugares en la tribuna.

El amplio despliegue policial impidió un enfrentamiento similar al registrado hace una semana durante una velada de boxeo de los juegos que acabó con dos heridos, una pelea tumultuaria y denuncias ante el juzgado por supuestas agresiones. Cuba, que ganó 6-5, se enfrentará en la final a EE UU, en un partido que se presume tenso.

El estado de las relaciones cubano-estadounidenses afloró también en los juegos durante las últimas horas por la propagación de un rumor acerca de posibles dificultades en la concesión del visado a José Ramón Fernández Álvares, ministro cubano de Educación y uno de los vicepresidentes del Gobierno de su país, para su asistencia a la ceremonia de clausura de los Panamericanos, prevista para el próximo domingo. Fernández Álvarez es recordado por su protagonismo directo en las batallas de bahía de Cochinos en 1961, cuando tropas cubanas rechazaron la invasión de la isla por exiliados armadao y adiestrados en Estados Unidos. La portavoz del Departamento de Estado, Phyllis Oakley, afirmó, sin embargo, que no se espera problema alguno para la concesión del visado al político cubano.

Indirectamente, la presencia del ministro resuelve la incógnita sobre la asistencia de la delegación cubana a los actos de clausura, cuestionada días atrás por el presidente del Comité Olímpico de aquel país, Manuel González Guerra, por la presencia en los actos de un grupo musical integrado por exiliados cubanos.