Las ideas de Vargas Llosa
EL PAÍS del 5 de agosto de 1987 publica un artículo que lleva por título Hacia el Perú totalitario, fimado por Mario Vargas Llosa. Como es lógico, y desde estas páginas, cualquier artículo, trate el tema que trate, siempre existirá la posibilidad (y esto es positivo) de que se susciten polémicas, discrepancias, debates, etcétera en torno a los diferentes escritos. Pero el motivo de esta carta no es disentir del citado artículo, que estoy de acuerdo con él, sino la discrepancia con, algunas caras al director que han aparecido ,como consecuencia de la publicación de dicho artículo. En primer lugar, las situaciones de pobreza, de injusticia social que en in determinado momento y en in determinado país se den o se puedan dar, y las acciones que haya que llevar a cabo para paliar estas situaciones, son compatibles con el respeto a la libertad de expresión, al derecho a la crítica, la libre circulación de ideas, la libertad de prensa, etcétera, algo que no ocurre en Cuba, Nicaragua, Chile o la Unión Soviética, por ejemplo. Decir que en la Unión Soviética hay un régimen totalitario de izquierdas y que en Chile (dictadura de signo contrario) asimismo se violan los derechos humanos no es anatemizar a nadie, es un hecho objetivo; ahora bien, puede ocurrir que de conceptos como la libertad, la democracia, los derechos humanos, etcétera haya personas que tengan una concepción y otros tengamos otra. Como el propio Vargas Llosa dice, "cuando se intenta llevar a la práctica, desde posturas totalizantes, las ideas de justicia social, se anula la libertad y la justicia social queda comprometida". Decir que el escritor peruano es un reaccionario o que es un defensor de la libertad (con respeto), yo pienso que eso es un aserto gratuito y que está fuera de lugar; leyendo sus obras literarias y sus escritos filosófico-políticos se observa que es un firme defensor de los derechos humanos. Como epílogo, una idea de Albert Camus: "La privación de bienes materiales, la insolvencia física, no es un obstáculo para que el hombre disfrute de ciertos privilegios -como la belleza y el mundo natural -, ni para que se atrofien en él o desaparezcan el gusto de la libertad y la aptitud para vivir con honor.-
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