Protesta del embajador en Malabo tras los 'asaltos' a barcos españoles por cientos de guineanos
Las reiteradas invasiones de buques mercantes españoles por cientos de ciudadanos de Guinea Ecuatorial para que les trasladen desde Malabo (isla de Bioko) a Bata (zona continental) han originado una nota verbal del embajador español en la capital ecuatoguineana, Antonio Núñez García Saúco, según informaron fuentes diplomáticas. Medios sindicales de la marina mercante española aseguran que el personal del puerto de Malabo cobra a los guineanos 10.000 francos CEFA (4.000 pesetas) por dejarles pasar a la zona de los buques.
La invasión de guineanos fue denunciada públicamente en la noche del miércoles por el Sindicato Libre de la Marina Mercante-Comisiones Obreras, mediante un télex distribuido a los medios informativos en el que solicita la dimisión del embajador, al que acusa de no haber tomado medidas. El texto indica que "buques españoles, como el Alyolex, Algarmi y otros, propiedad de la naviera García Miñaur, SA, son obligados a transportar como pasajeros a ciudadanos guineanos desde Malabo (Guinea Ecuatorial) al continente africano, cuando estos buques no están preparados para transportar pasajeros".
"En el último viaje del buque Alyolex", añade el télex, "éste fue asaltado por más de 500 ciudadanos guineanos, que abordaron el barco instalándose en cubierta y encima de los containers de carga que el buque transportaba. Tras la denuncia presentada por el capitán del barco ante las autoridades del puerto de Malabo y ante la Embajada española en esa capital, la embajada y las autoridades del puerto se inhibieron".
Fuentes de este sindicato agregaron ayer, jueves, que ante tal inhibición el grupo de asaltantes ascendió a unas 1.000 personas, que llegaron a agredir a la tripulación. Unos 200 invasores lograron hacer finalmente el viaje en el buque, y cubrieron el trayecto desde la isla guineana de Bioko hasta el territorio continental africano de la ex colonia española, mientras que el resto quedaba esperando otro barco.
Los que accedieron al buque llevaban consigo cabras, bultos y todo tipo de pertrechos, según indicó en Madrid el secretario general del sindicato, Andoni Lecertúa, quien ha mantenido contacto con sus compañeros, que navegaban ayer de regreso a la Península. Lecettúa informó que, según le han indicado los tripulantes de uno de los navíos afectados, el personal del puerto de Malabo cobra 10.000 francos CEFA (Comunidad Económica Francófona Africana) a los guineanos que desean pasar a la zona de embarque para entrar en los buques y hacer el viaje, único sistema de transporte marítimo que pueden utilizar para ir a Bata.
"Buena voluntad"
El representante diplomático, Antonio Núñez García Saúco, explicó ayer telefónicamente desde su despacho que a finales de julio tuvo las primeras noticias de que estos asaltos se producían con cierta frecuencia. "Vino a verme el capitán de un buque español, me dijo que eso era práctica habitual y me pidió que la embajada interviniera. El mismo día, el 28 de julio, antes de que zarpara el barco de ese capitán, presenté una nota verbal [lo que en el lenguaje diplomático equivale a una protesta por escrito] ante el Gobierno de Guinea, para indicar que es su obligación evitar que se incumpliera eventualmente el convenio internacional sobre seguridad marítima". El embajador no tuvo conocimiento de incidente alguno hasta que el 4 de agosto recibió un telegrama de la Dirección General de la Marina Mercante donde se le informaba de que aquel buque había salido con exceso de pasajeros. "Entonces repetí la nota verbal ante el Gobierno de Guinea", afiadió ayer el embajador, "y me reiteraron su buena voluntad para evitar que los hechos se repitieran".
Antonio Núñez duda que el número de ecuatoguineanos que asaltaron el buque llegase a ser tan elevado. "Si hubiese habido problemas de esa magnitud, el capitán, que acudió muy diligentemente a explicarme el problema que se había producto otras veces, supongo que habría pedido de nuevo nuestra ayuda; yo no tuve más noticia de ese asunto hasta que recibí el telegrama de Madrid".
El recorrido entre Malabo y Bata (cerca de 400 kilómetros) dura unas 20 horas, a una velocidad máxima de unos 12 nudos. Los tripulantes de este tipo de barcos son cerca de 16, y pueden llevar hasta 25 personas a bordo. El tope de viajeros viene dado por la capacidad de los botes salvavidas; y si se produjese un naufragio en uno de estos barcos invadidos por guineanos, más de 150 personas quedarían abandonadas a su suerte en el océano Atlántico.
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