Difícil digestión ,de un IPC elevado

Las bolsas han aceptado la confirmación de una subida del 1%. en el IPC del pasado mes de julio sin grandes dramas, pero mostrando una incapacidad de reacción que, cuando menos, resulta preocupante. La inclinanción a la baja de los primeros corros era un signo evidente de que las últimas expectativas optimistas habían cedido terreno ante las evidencias, dando paso a nuevos planteamientos en los que deben ponderar menos los criterios subjetivos. La pregunta que queda en el aire es la de si habrá sido suficiente descuento la renuncia a la conquista inmediata de la cota del 300%, es decir, si los más de 11 puntos que separan al índice de ese nivel reflejarán suficientemente la inquietud por la evolución de los precios.Si hay que juzgar por los resultados de la jornada, parece que todo se puede solventar con esos 11 puntos, siempre y cuando el dinero retorne al mercado ante el atractivo de los nuevos precios. La contratación de estos días ha descendido en más de un 50%, hasta situarse en los 11,7 miles de millones de pesetas efectivas del lunes, lo que hace que toda la atención del mercado se vuelque sobre este dato. En esta última jornada, los compradores no se distinguieron por su actividad, mostrando con ello el temor de la inversión a un nuevo impacto negativo debido a la escalada de los precios al consumo.

La sesión, no obstante, ha registrado la presencia de algunos avances importantes que han conseguido aminorar el efecto del resto de las bajas. Sólo algunos grupos han sufrido las consecuencias de un ambiente negativo y han cedido posiciones en bloque, al tiempo que la situación al cierre no ofrecía variaciones sustanciales, pues nadie se atrevía a efectuar pronósticos sobre el futuro inmediato. Aún queda por ver el efecto de estos resultados sobre los inversores que actúan a través de instituciones.