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Dos vigilantes del 'metro', acusados de golpear a un joven que atendía a una enferma

Emilio Lozana, de 19 años, ha presentado una denuncia contra dos vigilantes jurados del metro que supuestamente le agredieron con cachiporras, en la madrugada del domingo, durante un forcejeo por ver quién se hacía cargo de una muchacha que había sufrido, una lipotimia (descenso brusco en la presión sanguínea) cuando caminaba por el andén. Los hechos sucedieron en la estación de Avenida de América, según la denuncia presentada en la comisaría de Cartagena.De acuerdo con la versión de Lozana, éste se encontraba esperando el metro para dirigirse a su casa, cuando vio que una muchacha de unos 23 años que caminaba por el andén se tambaleaba y caía al piso.

Lozana y otro joven corrieron hacia la chica con intención de socorrerla, y ésta, en estado de semiinconsciencia les imploró que su padre no se enterara de lo ocurrido. Siempre según su versión, Lozana se disponía a conducir a la chica a un hospital, cuando aparecieron dos vigilantes jurados y le dijeron "de mala forma" que se apartase, pues ellos se harían cargo del asunto. El estudiante les replicó que él se estaba ocupando de la muchacha. Se produjo entonces un forcejeo, en el que Lozana recibió varios golpes de cachiporra.

Finalmente, los vigilantes llevaron a la chica al hospital Ramón y Cajal, pues, según fuentes de la Compañía Metropolitano, ella llevaba en su bolsillo un documento en el que se indicaba su enfermedad y el nombre del centro asistencial.

Emilio Lozana se dirigió a la comisaría para presentar su denuncia y, según su versión, de allí lo condujeron en un vehículo policial al hospital de la Princesa, donde fue atendido de un "traumatismo abdominal". Tras ser dado de alta, fue nuevamente a la comisaría y realizó la declaración.

Un portavoz de la Compañía Metropolitano reconoció ayer que, efectivamente, hubo un forcejeo con un muchacho, pero sin que se produjeran golpes. El mismo portavoz de la empresa agregó que los vigilantes querían cumplir con su obligación y llevar a la muchacha al hospital, pero un muchacho se obstinaba en hacerse cargo del asunto.

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