La policía sospecha de dos jóvenes como presuntos autores del asesinato de Tarragona

La policía sospecha que los autores de la violación y el asesinato de Gemma Biosca, de 17 años, ocurrido el pasado martes en Tarragona, son dos jóvenes catalanes, menores de 27 años, con antecedentes penales. Fuentes policiales aseguraron que la personalidad de los dos sospechosos, que no residen en Tarragona, no corresponde a la de un maniaco sexual. Las mismas fuentes rechazaron la hipótesis del robo como móvil del asesinato.

Los investigadores sostienen, con menor contundencia, la posibilidad de que Gemma hubiera sido asesinada por conocidos de la víctima o por clientes de la tienda de bricolage, propiedad de su familia, donde ocurrieron los hechos. Los autores del crimen, según esta hipótesis, conocían la existencia de un sistema electrónico de apertura del establecimiento que se activaba desde un botón situado debajo de la caja registradora. La puerta de la tienda, que durante este mes de agosto permanece semicerrada, no presentaba indicios de haber sido forzada.

La joven, según la autopsia, murió sobre las doce de la mañana. El cadáver de Gemma fue descubierto por su madre, María Roser Sendis, quien se desplazó desde su domicilio al establecimiento a las 14.40, extrañada de que su hija no contestara el teléfono. Gemma, con el cuello degollado prácticamente hasta la médula y atada de manos y de cintura a la baca de una furgoneta, yacía desangrada y con las piernas abiertas en una butaca del vehículo. La joven, que no estaba desnuda como se informó en un principio, llevaba un vestido de tono naranja, pero había sido despojada de sus bragas, que estaban a su lado. Los asesinos, según la policía, depositaron junto a su pelvis una botella de cinco litros de disolvente, circunstancia que hizo pensar en un primer momento a los investigadores que los responsables del crimen pensaron quemar a su víctima.

Unas 1.500 personas acudieron ayer al funeral y entierro de la joven.