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Un avión en el ocaso de su existencia

Carlos Yárnoz

Los ocho primeros Mirage 3 llegaron a la base aérea de Manises (Valencia) el 12 de junio de 1970, y el resto de las entregas, hasta completar el número de 30 aparatos, se efectuó hasta mediados de 1972, con el fin de sustituir a los ya caducos F-86 Sabre, primer reactor utilizado por el Ejército del Aire español en la década de los 50.En los años que han sido utilizados por las Fuerzas Aéreas españolas, se han perdido en accidentes de diversa naturaleza seis aparatos. Teniendo en cuenta que la vida operativa media de estos aviones es de 20 años, los Mirage 3 españoles se encuentran en el ocaso de su existencia. Estos aviones franceses fueron los primeros cazabombarderos todo tiempo -utilizables en todo momento, con independencia de las condiciones meteorológicas- de los que dispuso el Aire.

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Los Mirage 3 forman parte del Mando Aéreo de Combate (Macom) y constituyen el Ala 11, cuyo lema, que siempre figura en el escudo de la unidad, es "Vista, suerte y al toro".

El Mirage 3-E, que es el modelo del que dispone España, es un avión del que han sido fabricadas en Francia 532 unidades para 13 países. Se trata de un cazabombardero que en Francia es utilizado para poder llevar armas nucleares. Tiene un solo motor y alcanza una velocidad máxima de 2.350 kilómetros por hora (2,2 mach, es decir, 2,2 veces la velocidad del sonido). Su radio de acción es de unos 1.400 kilómetros. En la versión española llevan misiles Sidewinder y Matra.

Los aparatos españoles han realizado ya alrededor de 70.000 horas de vuelo, y hace tres años estaba previsto que estos cazas fueran sustituidos por los nuevos F-18A, a la vez que se intentaba vender a otros países los viejos aparatos de origen francés. Sin embargo, con el programa de modernización se pretende prolongar la vida operativa de estos aviones en 10 años.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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