Juan Pablo II prepara un documento sobre los fundamentos de la teología moral
JUAN ARIASEl papa Juan Pablo II está preparando un documento, considerado de antemano en fuentes eclesiásticas como muy importante, que tendrá como argumento los fundamentos de la teología moral en el mando contemporáneo. La noticia, sobre la que se habían despertado rumores hace tiempo, ha sido anunciada por el mismo Juan Pablo II en una carta apostólica enviada ayer por la Santa Sede a los Padres Redentoristas con motivo de la celebración del bicentenario del nacimiento de San Alfonso María de Ligorio, considerado como el padre de la más rigurosa moral dentro de la Iglesia.
El cardenal Joseph Ratzinger, prefecto del ex Santo Oficio, había hablado hace tiempo de la necesidad de este documento, pero en el Vaticano casi todos estaban convencidos de que un documento tan delicado no sería publicado en estos tiempos de conflicto. El Papa, no obstante, ha venido a dar la razón a las especulaciones del cardenal Ratzinger.Este documento será una especie de "directorio ético" dirigido a todos los católicos del mundo sobre el que el papa Wojtyla y sus más estrechos colaboradores llevan trabajando desde el principio de este pontificado.
Al poco tiempo de haber sido elegido papa Juan Pablo II, el obispo checoslovaco Paolo Hnilica, colaborador en Roma del papa polaco, afirmó que el tema sobre el que al nuevo Papa le gustaría incluso convocar un nuevo concilio ecuménico era el de la "ética", y concretamente la que se refería a los valores de la "vida humana".
Por todo ello, este nuevo documento anunciado por el Papa podría significar el primer paso hacia esa hipótesis de nuevo concilio ecuménico que el papa Woityla acaricia en su corazón. Sobre este documento en torno a los "problemas éticos" del mundo contemporáneo habían hablado en el último Concilio algunos obispos conservadores.
Tales obispos llegaron a proponerlo, pero la idea fue rechazada por la mayoría progresista, que consideraba que sobre el delicado problema de la ética moderna no se podían dar normas para toda la Iglesia tratándose de temas nuevos en plena evolución.
Algunas de las Iglesias consultadas por la Santa Sede sobre este proyecto del papa Wojtyla, como por ejemplo la africana, la norteamericana y algunas europeas, se han mostrado muy perplejas acerca de la utilidad de tal documento.
Pero, como ha hecho ya con algunas de sus encíclicas precisamente, el papa Wojtyla está repescando en su Pontificado toda una serie de temas que él no había conseguido hacer pasar durante el Concilio, frenado por la mayoría progresista que entonces se había formado.
Ahora su autoridad papal le permite abordar de nuevo ciertos temas como éste de la ética que entonces se consideraban o inmaduros o desaconsejados en el clima fuerte de diálogo con el mundo que se había creado.
Juan Pablo II, en el anuncio que ha dado en su Carta Apostólica a los Redentoristas, más que de un verdadero "directorio" ético habla de un documento que abordará "los fundamentos mismos de la teología moral".
Reflexión
El ahora papa Juan Pablo II había reflexionado primero en sus estudios teológicos en el Angélicum de Roma con los Dominicos y después, en su cátedra de filosofía de Lublino en Polonia, más sobre los temas ético-religiosos que sobre los temas dogmáticos.
En su carta a los Redentoristas, el Papa subraya la importancia que tiene hoy la teología moral y añade que la Santa Sede "no dejará de ofrecer su contribución iluminadora al problema, tratando en un próximo documento las cuestiones relacionadas con los fundamentos mismos de la teología moral".
Resulta, al menos, un dato curioso el hecho de que pertenezca a la Congregación de los Redentoristas Bernard Haring, considerado uno de los moralistas más famosos y abiertos de los tiempos del Concilio Vaticano II.
El moralista redentorista trabajó estrechamente con el entonces arzobispo de Cracovia Karol Wojtyla en la preparación del importante esquema XIII sobre la "Gaudium et Spes". Ambos se encontraba entonces en orillas opuestas. Bernard Haring pertenecía al llamado grupo de los "optimistas" que quería presentar el diálogo de la Iglesia con el mundo en clave -positiva, mientras que el arzobísipo de Cracovia y futuro Papa se colocaba entre los llamados "pesimistas", es decir, quienes se inclinaban a analizar, sobre todo, las "sombras" del mundo moderno, entre ellas la que él consideraba como la gran plaga del mundo moderno: el ateísmo.
No ha sido posible saber si el papa Wojtyla, en la preparación del importante nuevo documento sobre la teología moral, ha consultado o no al famoso compañero moralista del Concilio. De ello podrá depender en parte el tenor de dicho documento.
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