La región de Valtelina, en el norte de Italia, tiembla ante el riesgo de nuevas tormentas
El precioso y martirizado valle de Valtelina, en el norte de Italia, donde el mal tiempo causó la semana pasada numerosos muertos y heridos, forzando la evacuación de miles de ciudadanos, vuelve a temblar ante el riesgo de nuevas tormentas. Sondrio, de 30.000 habitantes, se encuentra en estado de alerta, dividida en cinco zonas para la evacuación en caso de emergencia. Unos altavoces anunciarán la zonas concretas que deberán desalojarse. Una sirena dará, Negado el caso, la señal de huida Inmediata.
Las autoridades de Sondrio insisten en que se trata sólo de medidas preventivas, pero la gente no se fía y ha empezado ya un doloroso éxodo, arrastrando sus enseres más indispensables, pidiendo refugio en casas seguras de amigos o parientes. Los 40 internos de la cárcel han sido ya trasladados.El alcalde de la cercana localidad de Valdisotto, Ottavio Scaramellini, está siendo interrogado en relación con los muertos y desaparecidos de hace unos días en los pueblecitos de Sant Antonio Morignone y Aquilini, completamente barridos, enterrados bajo el peso de millones de toneladas de tierra desprendidos de una montaña.
Son ya 2.500 personas, procedentes de docenas de aldeas, las que viven hacinadas en escuelas, conventos y hospitales, porque han tenido que dejar forzosamente sus casas ante el peligro de nuevos aluviones.
Miles de personas se han quedado sin trabajo, y los daños de toda la zona golpeada por la furia de los ríos y torrentes desbordados se calcula en cientos de miles de millones de pesetas.
Cese impopular
A esta situación se añade el malhumor de la población ante la noticia de que el popular ministro de Protección Civil, Giuseppe Zamberletti, creador de dicho departamento y que todo el país ha visto en televisión metido en el lodo hasta las rodillas, acaba de ser sustituido por otro democristiano, Remo Gasperi, considerado un burócrata y acusado tiempo atrás de haber especulado en los Abruzzos con una autopista inútil, construida sólo por motivos políticos.Lo más grave es que todo el equipo de Zamberletti, experto y bregado en las batallas contra las calamidades naturales, ha dimitido en pleno, en solidaridad con el ministro y como protesta contra el Gobierno.
El jefe del gabinete de Zamberletti, Elveno Pastorelli, ha justificado así las dimisiones: "No se puede jugar con la gente que se está muriendo".
También los geólogos, buscados estos días como oro en paño, han lanzado acusaciones muy duras y han dicho que desde hace años vienen alertando sobre la peligrosidad de la zona actual del desastre. Según los expertos, las causas que han llevado al peligro de desprendimientos de parte de las montañas y al desbordamiento de los ríos han sido, sobre todo, la poda de árboles, que ha hecho más vulnerable y frágil el terreno, y la especulación, al permitir las autoridades que se construyera en zonas peligrosas.
Algunos observadores, sin embargo, han salido en defensa de las autoridades locales recordando que las gentes pobres de dichos lugares montañeses habrían vivido aislados, en la miseria y sin acceso a la cultura, si no se hubiesen construido carreteras y no se hubiese abierto la zona a los turistas.
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