Un avión cargado de caballos causa 58 muertos al caer sobre una carretera en Ciudad de México
AGENCIAS, Un viejo avión cuatrimotor de carga, con ocho personas y 18 caballos de salto a bordo, se precipitó a última hora de la tarde del jueves (madrugada de ayer, hora peninsular) sobre una carretera atestada de vehículos en las afueras de Ciudad de México y provocó la muerte a 58 personas y dejó a otras 62 heridas, 17 de ellas muy graves. El aparato, un antiguo bombardero de la II Guerra Mundial acondicionado para carga civil, arrolló a una treintena de automóviles, chocó contra una torre de alta tensión, destrozó un puente peatonal, arrasó un restaurante y se incrustó finalmente en un edificio de 200 viviendas, dejando una estela de fuego y muerte a su paso.
El avión, de la pequeña compañía Acro Caribe, había salido del aeropuerto internacional de Ciudad de México a las cinco de la tarde (doce de la noche, hora peninsular española) con destino a Miami (Estados Unidos), donde Ios caballos y cuatro miembros del equipo Las Águilas de México iban a participar la próxima semana en diferentes competiciones.Dos minutos después del despegue, en medio de una fuerte tormenta tropical, el aparato perdió contacto con la torre de control y siete minutos después se estrellaba en el kilómetro 16 de la carretera entre Ciudad de México y Toluca, a una hora en la que miles de automovilistas abandonaban el centro urbano de la capital.
Tres de los miembros de la tripulación -incluido el piloto, Frederick Moore, de 49 años, y el copiloto, Robert Banta, de 61, ambos norteamericanos- y dos de los cuatro miembros del equipo a cargo de los caballos lograron salvar la vida. Sólo dos de los caballos sobrevivieron, pero la policía remató a uno de ellos, que había quedado malherido tras el accidente.
Un portavoz del aeropuerto informó desconocer la causa del accidente, aunque se supone que, se trató de un cortocircuito en uno de los motores. Uno de los pasajeros del vuelo, el cuidador de caballos Guadalupe Piña Cárdenas, dijo que poco antes de la caída sintió "un chispazo en la parte delantera del avión". "Intenté tranquilizar a los animales pero sentí un tremendo ruido y un fuerte golpe en el pecho. Después conseguí salir del avión por un hueco del fuselaje", agregó.
En la carretera, entre tanto, en plena hora punta, el aparato arrasaba cuanto se encontraba a su paso y se detuvo finalmente a unos 40 metros de una gasolinera que albergaba 250.000 litros de combustible. "Sentimos que la tierra temblaba cuando el avión explotó", relató Miguel Parra, de 26 años, uno de los primeros en acudir a rescatar a los heridos.
"Un infierno en llamas"
"Vi cómo aquel infierno en llamas alcanzaba a dos personas que viajaban en un automóvil y ardían en unos cuantos segundos", dijo otro de los testigos. "La nave venía volando muy bajo, chocó con un poste de electricidad y comenzó a llevarse por delante todos los automóviles que circulaban por la carretera", añadió otro testigo. Según dijo, "algunos conductores se echaron al barranco para evitar ser aplastados por el avión".
El aparato, un Boeing 377 con casi 40 años de servicio, comenzó a perder altura, al parecer, cuando cruzaba la ciudad y debió sortear varios rascacielos antes de intentar aterrizar en la autopista. Según varios testigos, el avión logró esquivar por escasos metros el gigantesco edificio Hotel de México, uno de los más altos de América Latina, situado en la céntrica avenida de Insurgentes.
El incendio desatado tras el choque se extendió en un área de 400 metros y causó la muerte de 58 personas, según el último recuento difundido ayer por la Cruz Roja. La mayoría de los ocupantes de los 26 coches aplastados por la panza del cuatrimotor resultaron muertos por el impacto o por el fuego que envolvió los vehículos. Otras 20 personas que estaban tomando el postre en el restaurante Tres Lomitas murieron cuando repentinamente entró en el salón la parte delantera del avión envuelta en llamas.
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