Plaza de Jaime I

En Valencia hubo una plaza que se llamó de San Francisco porque allí había un convento de frailes franciscanos. En el siglo pasado se derribó el convento, se ensanchó y remodeló la plaza y acabó dedicada a Emilio Castelar. Llegó abril de 1939 e inmediatamente se le dedicó al Caudillo.Después de las elecciones municipales de 1979 se la rotuló plaza del País Valenciano y el pasado día 9 se la volvió a cambiar el nombre: plaza del Ayuntamiento. Un nombre no polémico, pero tan inocuo y fluido que se volatiliza por sí mismo, pues, falto de todo, no tiene ni raigambre histórica en el edificio municipal que fue la casa de enseñanza mandada construir por el arzobispo Mayoral en el siglo XVIII.

El Ayuntamiento está allí desde 1855-1856; su antigua casa solar estuvo junto al palacio de la Generalidad, con fachada a lo que es calle de los Caballeros.

Si se pregunta en Valencia a alguien por las calles de San Fernando, Isabel la Católica, Pizarro, Hernán Cortés o María de Molina, lo más frecuente es que el preguntado pueda informar; pero si se demanda por la calle del Rey Jaime I lo más seguro es que no se reciba indicación alguna, pues no son muchos quienes saben que es una corta calle que va desde la de Cuarte a la de Santa Teresa.

En Valencia se habla mucho del buen rey Jaime I el Conquistador, pero da la impresión de que se le teme, que se le tiene un tanto de miedo difuso después de 700 años pasados ya del día de su muerte.

De otro modo no se explica que ni antes ni después ni ahora se le haya dedicado la plaza más importante de la ciudad.

En 1988 se cumple el 750º aniversario de la conquista de Valencia por el rey Jaime I, a quien acompañó en sus campañas la reina Violante de Hungría.

El homenaje que los monarcas fundadores y conquistadores del reino de Valencia se merecen y que los valencianos pedimos para ellos, estoy seguro de que si se nos consulta a todos es que nuestra más principal plaza se dedique al rey Jaime I, y que la actual de Zaragoza la seguimos diciendo de la Reina, se llame plaza de la Reina Violante, a la que por suscripción pública levantaremos el monumento que la memoria colectiva como pueblo nos exige.- Pedro María Orts y Bosch.