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El mayor banco belga trata de no caer bajo control de un grupo extranjero

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El principal banco belga, la Société Générale de Belgique (SGB), ha anunciado una emisión de acciones el próximo mes de octubre en un intento de evitar ser controlado por un grupo financiero extranjero hasta ahora desconocido.

El acoso a la Générale, como se la conoce popularmente, ha saltado a las primeras páginas de los periódicos y se ha convertido en un tema constante de conversación entre los responsables políticos porque el banco no sólo controla gran parte de la economía del país -23 de las 50 mayores empresas belgas-, sino que es una auténtica institución en la historia de Bélgica.

Desde el mes pasado el 8% de los 27 millones de acciones de la SGB ha sido adquirido por un grupo anónimo al que le falta ahora sólo un 2% o 3% más para hacerse con el control del banco que ocupa el número 73 en el ranking mundial por activos.

La relativa fragilidad de la Générale se explica, primero, por la dispersión de su capital -el mayor accionista institucional sólo posee un 10%- y también por la inexistencia en Bélgica, a diferencia de otros países europeos y de EE UU, de una ley que obligue a identificarse a los grandes inversionistas.

Todo tipo de rumores sobre la identidad del comprador circulan en la capital belga, donde se barajan nombres como el de la compañía de seguros gala Axa, hasta el del holding británico Hanson Trust PLC, pasando por el del grupo de Prensa anglofrancés de Jimmy Goldsmith, y sin olvidarse de los japoneses del Nomura Securites Limited. Pero nadie sabe nada con certeza.

La adquisición en algo más de un mes de 1,7 millones de títulos de la SGB ha provocado un aumento de la acción del 17% -de 11.335 pesetas a 13.663 al cierre del viernes- y ha estimulado la Bolsa de Bruselas.

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