Israel rehúsa interrumpir el despliegue de un nuevo misil de alcance intermedio
El ministro israelí de Asuntos Exteriores, Simón Peres, respondió ayer a la exigencia soviética, formulada el jueves por Radio Moscú, de interrumpir el despliegue del misil de alcance intermedio Jericó 2, capaz de ir equipado con una carga nuclear. "La URSS no es enemiga de Israel. El armamento de que dispone o no dispone Israel no debe importarle", declaró Peres.
"Es cierto que la Unión Soviética ha armado y continúa armando a nuestros vecinos, entre ellos a los enemigos de Israel, y les ha provisto de misiles; de ahí la necesidad de tomar medidas de respuesta", manifestó el ministro israelí a través de una cadena de radio de su país.Este misil, cuyo alcance definitivo sería de cerca de 1.500 kilómetros, podría llegar, en principio, hasta Damasco, Bagdad e incluso a las regiones meridionales de la Unión Soviética.
Simón Peres se ha cuidado bien de no confirmar ni desmentir el despliegue del Jericó 2, que podría estar armado con una cabeza nuclear. Israel nunca ha divulgado nada sobre su arsenal nuclear, y se ha limitado siempre a afirmar que posee "el potencial tecnológico para fabricar armas atómicas", sin más.
Cuando la industria militar israelí desarrolló una nueva arma, avanzada, que proporciona al Tsahal (el Ejército israelí) un avance notable sobre sus enemigos, nunca revela su existencia ni su potencia ni sus cualidades artes de su integración en eh Ejército israelí y su puesta a prueba en una guerra. Solamente cuando este arma es puesta posteriormente a la venta se hacen públicas sus características y especifícidades.
Por estas razones, Simón Peres ha omitido cualquier alusión al Jericó 2, cuya existencia ha sido revelada, primero por una revista especializada norteamericana, y después en Suiza. La puesta a prueba de este misil en el Mediterráneo, no puede mantenerse en secreto en la era de los satélites.
La información facilitada por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) norteamericana, que ha puesto las fotos de los satélites y su análisis a disposición de la Prensa, ha causado la sorpresa y y malestar a ciertos sectores israelíes.
"Israel no apunta en ningún caso a los objetivos situados en el sur de la Unión Soviética, y atribuirle estas intenciones no tiene sentido y está desprovisto de todo fundamento", han declarado fuentes autorizadas.
Apaciguar a los árabes
Los expertos militares y diplomáticos de Jerusalén creen que la puesta en guardia soviética puede deberse a diversas razones. Por una parte, la Unión Soviética quiere apaciguar las inquietudes de sus aliados árabes, mostrando que el Kremlin vigila la situación atentamente, en un momento en que el líder soviético, Mijail Gorbachov, ha rehusado facilitar al presidente sirio, Hafez el Asad, misiles soviéticos SS-23.
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