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EL TOUR

Roche arañó 18 segundos con un descenso suicida

Luis Gómez

LUIS GÓMEZ, ENVIADO ESPECIAL,Pedro Delgado superó ayer su etapa maldita, pero no salió indemne, porque perdió 18 segundos en un descenso planificado por el irlandés Stephen Roche, quien mostró a la medicina cómo la capacidad de resistencia de un ciclista es una suerte de secreto científico. El liderato queda emplazado para mañana, en Dijon, en 38 kilómetros contra el reloj, en los que las posibilidades de Delgado parecen mínimas. Moralmente, Roche ya es el líder, porque ha sido el protagonista de la epopeya. Delgado se puede quedar en un redescubrimiento, en un corredor sólido, en un hombre que ha superado sus demonios familiares. Ayer, entre tácticas españolas contradictorias, Delgado no pudo hacer nada más, pero despejó unas dudas: "Mis compatriotas no me han perjudicado. Lejarreta me ayudó en el Joux Plane". La etapa la ganó Eduardo Chozas. Fue el cuarto triunfo español, el tercero en los Alpes.

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La carrera se dividió en dos. Por una parte, la que disputaban corredores españoles que pugnaban por cubrir exiinios objetivos: ganar una etapa, mejorar algún puesto o puntuar para clasificaciones colaterales. Chozas saltó de un pelotón que viajaba con más de media hora de retraso sobre el horario previsto para buscar un exiguo rendimiento publicitario -las cámaras, lógicamente, apenas se interesaron por él- y justificar su curioso palma rés: tres años en el Tour y tres triunfos de etapa. Anselmo Fuerte combatió en algunos puerto para alcanzar el segundo puesto en la montaña y superar al mexicano Alcalá. Pedro Muñoz buscaba otro triunfo de etapa y au mentaba aún más los grados de sospecha existentes de que el Fagor, equipo francés financiado con capital español, se había puesto al servicio de Roche para mejorar su disposición a ser contratado para el año que viene.Fuera de estas batallas centrífugas, la etapa en sí seguía en manos de dos corredores, Roche y Delgado. Ninguno atacó antes de subirse el Joux Plane, último puerto, cuya cima estaba situada a 15 kilómetros de la meta. Pero en la ascensión, en la que se quedaron restos de la general, com Lucho Herrera, Charles Mottet el propio Jean Frangois Bernard en algunos momentos, Fabio Parra también, ya cansados, ya sin objetivos, el grupo de cabeza -Chozas era una anécdota- quedó bien definido con Eddy Scheepers haciéndole la subida a Roche y Marino Lejarreta echando una mano a Delgado.

Lejarreta intentó dos ataques para probar a Scheepers, pero el compañero de Roche se mantuvo. Delgado y Roche fueron juntos en todo momento y el español no se encontró fuerte para atacar. La respuesta le llegó al comenzar el descenso, cuando Scheepers frenó, originó el corte, encontró inesperada colaboración en Bernard, que tuvo una duda maldita, y permitió que Roche tuviera, ya lanzado, 150 metros de margen sobre Delgado, imposibles de enjugar por razones técnicas y psicológicas.

Ciertamente, Elelgado tenía motivos para impresionarse por la etapa, su etapa maldita, la misma que le hizo perder 25 minutos en 1983 o que le rompió la clavícula en 1985. La primera vez era el segundo, a 1.08 minutos de Laurent Fignon; la segunda, el quinto, con posibilidades de tener acceso a la cuarta plaza. La Prensa especializada francesa había tenido, además, el detalle de recordar que existe un refrán español que dice: "No hay dos sin tres". Delgado reconoció que, en pleno descenso, sintió miedo al rebasar la curva donde asentó su mal fario, que echó mano al freno. Pero, lanzado tras Roche, al fin y al cabo, siguió la persecución en condiciones desfavorables porque el irlandés es un especialista. Pero Delgado, al menos, triunfó sobre sí mismo.

Roche aplicó su técnica de contrarrelojista para recuperar segundos respecto al español. Y lo hizo bien, a un promedio de un segundo por kilómetro. Su sprint fue más agresivo que el de Delgado, quien aplicó peor su desarrollo. Ya en la meta, Roche captó la atención general como presunto vencedor del Tour.

Gimard, sancionado

El director del Systeme U, Cyrille Guimard, fue excluido por la organización del Tour de la etapa de hoy debido a que ayer se negó a que sus corredores realizaran en bicicleta el trayecto entre La Plagne y la cercana población de Aime, donde estaba prevista la salida real. Fignon y compañía se desplazaron en coches, hecho calificado como "un acto grave de indisciplina".

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