Fignon se deshace de Mottet
Laurent Fignon brilló por segunda vez consecutiva en los Alpes, pero esta vez con más éxito, puesto que ganó en La Plagne y parece haberse quitado de encima la responsabilidad de resguardar a Charles Mottet. Ya es la segunda vez que Fignon deja a Mottet. Y lo hace, quizá, porque su accidentado jefe de filas parece cada vez peor para lograr el triunfo final. Fignon, de todas formas, ha dado buenas muestras de disciplina en numerosas etapas y ha sabido sacrificar su condición de favorito inicial en cuanto las etapas contra reloj y, sobre todo, los Pirineos le descartaron de la lucha por el liderato.En cualquier caso, Fignon ha exhibido suficientes cualidades para ser considerado como el mejor ciclista francés. En definitiva, la Prensa de su país anda empeñada en buscar como sea un sucesor de Bernard Hinault. Creyó tenerlo con Fignon, pero le ha abandonado porque no era un líder demasiado simpático para ella. Así, al principio de este Tour, fue echado a un lado en cuanto los periodistas especializados empezaron a creer que podían encontrar mejores aspirantes. Fueron los casos, consecutivos, de Mottet y Jean Frangois Bernard. Pero Fignon ha vuelto a captar imágenes de televisión y a copar portadas en los diarios. Parece haberse convertido en una lejana esperanza, quizá en una esperanza para 1988. Ahora está lejos de todo, incluso de arrebatar a Mottet o a Bernard el ser el primer francés clasificado.
Fignon, aunque se le vea entero, ha fallado en demasiadas cosas: fue un mal contrarrelojista y tuvo un mal día en los Pirineos. Los franceses no le perdonan, sobre todo, lo primero.
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