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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Matrícula de Burgos

Nos trasladábamos el pasado 9 de julio, a las ocho de la tarde, en mi coche, desde el pueblo de Ajalvir hacia Madrid. Conducía mi hijo César. En la parte trasera iba un sobrino mío, Nazario.En el trayecto adelantamos a varios coches y a algún camión. De pronto, oímos una sirena como las de las ambulancias. Para dejar paso nos arrimamos hacia la derecha. Desde el automóvil que nos iba a adelantar, un individuo, apuntándonos con una pistola, gritó que nos detuviéramos, cosa que inmediatamente hicimos. Yo no tenía idea de qué podía tratarse. Saltaron del vehículo de la sirena dos personas armadas con sendas pistolas que nos gritaban: "¡Afuera! ¡Afuera.!". Nos bajamos. Uno de ellos, sin control alguno de su persona y en una actitud de pistolero tipo Rambo, con las piernas abiertas, con el arma entre ambas manos, apuntando directamente a mi cabeza, nos grita: "¡Al suelo! ¡De bruces al suelo!". Yo estaba totalmente confuso y no sabía de qué se trataba. En principio pensé que eran un par de macarras a quienes les había molestado el adelantamiento. Luego pensé que quizá fueran terroristas que querían nuestro coche por algún motivo (es un Ford Granada bastante potente). Finalmente, supuse que serían policías de paisano en misión secreta. Su coche no presentaba ningún signo definido como de pertenecer a la policía: matrícula civil, color blanco... Uno de ellos, el de actitud más normal, me pidió, al fin, la documentación. A todo esto, nosotros seguíamos en el suelo y totalmente encañonados (no de bruces, como pretendía el más irascible, pues me parecía excesivamente humillante; optamos simplemente por sentamos en la cuneta).

Luego vino lo de que con el nerviosismo no encuentras la documentación. Nos llevaron al cuartel de la Guardia Civil... Al fin aparece mi carné de conducir... Ya no tiene importancia el resto...

Lo que sí tiene importancia, y por eso escribo estas líneas, es la capacidad de aterrorizar de este señor, la exhibición de sus armas, su vocabulario. En mi opinión, no se puede decir: "¡De bruces al suelo o te hago un agujero en la cabeza!, "cuando, en definitiva, no ha sucedido nada... ¿O sí se puede decir?

Admito que se detenga a un automóvil sospechoso. Según ellos, su sospecha se fundaba en que la matrícula del vehículo era de Burgos. ¡Ojo a los de Burgos!

Estas líneas no las habría escrito si al final hubiera reconocido este guardia civil que se había excedido, o si al menos se hubiese identificado, cosa que no hizo a pesar de mi insistencia, ni aun en el cuartel, o si su trato hubiera sido de guardia civil.- Federico Villalba.

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