Se suicida un vecino de Riaño al que iban a demoler de inmediato su vivienda
Un hombre fue hallado muerto a primera hora de la tarde de ayer en Riaño, con un disparo de escopeta en el vientre. Simón Pardo del Molino, de 54 años de edad, estaba soltero y, según el testimonio de los vecinos, Ilevaba preocupado varios días, porque no sabía a dónde ir después de que le tiraran la casa". Momentos después de conocerse este hecho, fuerzas antidisturbios de la Guardia Civil cargaron contundentemente, y en repetidas ocasiones, con pelotas de goma sobre un numeroso grupo de personas que se encontraban en los alrededores de la vivienda del fallecido y que habían increpado a los ocupantes de dos furgonetas de la Guardia Civil, calificándoles de "asesinos". Varias personas aseguraron que miembros del servicio de información de la Guardia Civil, de paisano, dispararon fuego real sin blanco fijo. Los enfrentamientos duraron cerca de tres cuartos de hora.
El cuerpo de Simón Pardo fue encontrado por su primo Teótimo del Molino, que desde la localidad de Maraña (distante 24 kilómetros), se había trasladado ayer a Riaño para ofrecerle su casa.El fallecido estaba recostado en la cama de su habitación, con un disparo de escopeta en el vientre, y en un charco de sangre. Junto al cuerpo se encontraba también una navaja.
Según testimonios de los vecinos de Riaño, Simón Pardo "era buena gente. Nunca había hecho daño a nadie". Su mayor preocupación en los últimos días -"casi angustia", según los vecinos- era buscar un alojamiento, ya que estaba soltero y carecía de suficientes medios económicos para alquilar una vivienda fuera de Riaño. Los únicos familiares directos de Simón Pardo viven en Bilbao y, Sevilla.
Trabajaba en la presa
Simón Pardo, apodado cariñosamente Mones, trabajaba desde hace varios años para la empresa constructora Comsa en Riaño, compañía que realiza parte de las obras de infraestructura de la presa.
Con anterioridad había trabajado en las minas de cinabrio y antimonio de Riaño. "Simón ha vivido solo y desamparado muchos años, pero últimamente parecía un errante; a cada paso te preguntaba: '¿Y dónde voy yo?", dice con lágrimas en los ojos Soledad Posada, vecina del fallecido.
La casa de Simón Pardo va a ser derribada en los próximos días. La austeridad de los muebles y utensilios de la vivienda da buena muestra del escaso poder adquisitivo del fallecido.
Al tener conocimiento la población del suceso, numerosas personas se agruparon en los alrededores de la vivienda. Fuerzas de la Guardia Civil, con abundante material antidisturbios, cargaron con extrema dureza, con pelotas de goma, contra este grupo de personas al ser increpadas con gritos de "asesinos" y "fuera pistoleros de Riaño".
Varias personas afirmaron que miembros del servicio de inflórmaciónde la Guardia Civil, de paisano, utilizaron durante las cargas fuego real sin blanco fijo. Los enfrentarnientos se sucedieron hasta las 16.30, convirtiéndose las calles de Riaño en una auténtica batalla campal. Tres personas fueron detenidas tras los disturbios.
Ayer, el estado de indignación y crispación de la población por lo ocurrido era notable, y aumentaba según transcurría la tarde. "Ésta es la respuesta del pueblo a los que nos tratan como a animales", señalaba una mujer de mediana edad. "No pararemos hasta sacar de Riaño a estos asesinos"; "la gente de Riaño no mata, muere". Frases como éstas se podían escuchar aún después de haber finalizado los incidentes. Varias personas de avanzada edad deambulaban abatidas por las ruinas de Riaño, al pie de lo que fueron sus hogares. El ambiente ayer en Riaño era desolador.
Un centenar de edificios ha sido demolido en los últimos cinco días y 17 de las 50 familias que residían habitualmente en la localidad se encuentran sin vivienda.
Hay casos extremos, como el del matrimonio formado por Juan José García Acuyo y MartaAller Andrés, quienes, con dos hijos, de tres años y 20 días, permanecen en una calle, junto a sus enseres, desde que su casa fue demolida, el pasado miércoles. Nicasio Sierra, de 90 años de edad, afirma: "Prefiero morir en Riaño que vivir fuera de aquí". La corporación municipal pidió ayer ayuda a la Cruz Roja, Protección Civil y Cáritas para las familias que están sin hogar. El dilema para muchas familias está ahora en encontrar otra vivienda o buscar un medio de vida. Las cabezas de ganado vacuno del pueblo se ordeñan en las calles y en los prados. Casi todas las cuadras han sido derribadas.
Por otra parte, un hombre, natural de Valladolid, fue detenido por la Guardia Civil, en la mañana de ayer, en una calle de Riaño, tras ser identificado como una de las personas que presuntamente apedreó momentos antes, desde un tejado, el parabrisas de un camión del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo que transportaba muebles e hirió de carácter leve al conductor del mismo, según fuentes de la Guardia Civil.
Fuerzas antidisturbios del mismo cuerpo impidieron que Carmen Martínez, esposa del detenido, Miguel Martínez, accediera al cuartelillo con una treintena de jóvenes para interesarse por su estado, produciéndose escenas de gran tensión. Carmen Martínez exigió públicamente el hábeas corpus (derecho que tiene cualquier detenido a ser presentado inmediatamente ante el juez competente) ante la dilación de la instrucción de diligencias judiciales en anteriores casos de detención en Riaño y se dirigió con un abogado al cuartel.
El alcalde, en libertad
El alcalde de Riaño, Huberto Alonso, y las nueve personas detenidas el pasado viernes fueron puestos en libertad a primera hora de la madrugada de ayer, tras prestar declaración en el juzgado de Cistierna. Huberto Alonso fue apresado, en la tarde del viernes, en el transcurso de un enfrentamiento con la Guardia Civil, derivado de la oposición de los vecinos a que Telefónica llevase a cabo unas obras en el centro del pueblo.
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