La cólera de la venganza.

El Gobierno indio ha colocado en estado de alerta a las temidas fuerzas gurjas ante la oleada de venganzas desencadenada por la matanza de 72 personas en dos atentados perpetrados el lunes y martes por comandos sijs, que ayer asesinaron a otros siete hindúes en el Estado de Punjab. El primer ministro, Rajiv Gandhi, rechazó ayer toda negociación con los extremistas sijs. Nueva Delhi, con una masiva presencia policial y militar, quedó en parte paralizada por una huelga de protesta contra los atentados sijs. La policía dispersó con bombas lacrimógenas a 200 jóvenes que pretendían saquear casas, comercios y un pequeño templo sijs en Nueva Delhi. Diez sijs han muerto en diversos ajustes de cuentas en los últimos dos días. En la fotografía, dos motociclistas pasan delante de un camión incendiado por los manifestantes en la ciudad de Hisar.