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El mercado, ajeno a su entorno

Los mercados de valores han celebrado la última sesión bajo los efectos de la resaca, propios de cualquier exceso. La ruptura de los límites tradicionales en la jornada anterior ha traído consigo algunas realizaciones de beneficios que casi lograron poner en entredicho la firmeza de las últimas subidas. Sólo la fuerza del sector bancario pudo evitar que el índice del mercado madrileño quebrara la tendencia positiva que disfruta desde hace varios días. La moraleja parece bastante clara y se refiere al carácter especulativo de estas alzas que ahora, con márgenes de maniobra más amplios, recogerá beneficios con más frecuencia y provocará muchas sesiones similares a la de ayer.El cansancio registrado por los sectores industriales tuvo ya el primer indicio en los valores eléctricos, cuyos representantes difícilmente mantienen el tipo ante los beneficios acumulados, por pequeños que éstos sean. Curiosamente, la noticia esperada durante mucho tiempo se produjo a primeras horas de la mañana y no tuvo incidencia alguna en el desarrollo de la sesión. El precio del dinero bajó 0,62 puntos, al situarse el tipo de interés de la subasta de préstamos de regulación monetaria en el 18,5%. Este dato viene a insistir sobre el tono especulativo del mercado, causa principal de su ensimismamiento.

También el anuncio sobre el convenio de la reforma del mercado de valores hecho por el ministro de Economía causó cierto revuelo, aunque no ha obtenido contestación oficial. Todos estos factores actuaron conjuntamente para darle a la sesión ese tono irregular que se mantenía aún al cierre. Ayer hubo tres valores qué necesitaron de la nueva normativa para salir del paso, aunque sólo uno de ellos llegó a celebrar el segundo corro, lo que parece indicar que los ánimos se van calmando y que este mecanismo se va a utilizar en contadas ocasiones.

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