Casal y Emilio Sánchez perdieron su gran ocasión

Los españoles Emilio Sánchez Vicario y Sergio Casal perdieron ayer la final del torneo de dobles de Wimbledon frente a los estadounidenses Ken Flach y Robert, Seguso por 3-6, 6-7 (8-10), 7-6 (7-3), 6-1 y 6-4 en dos horas y 51 minutos. Pese a la derrota, la pareja española cobrará alrededor de cinco millones y medio de pesetas. España sigue teniendo dos únicos campeones (le Wimbledon: Manolo Santana, en el torneo individual de 1966, y Enrique Maier, junto a Elizabeth Ryan, en el doble mixto de 1932.La pareja española aún debe estar lamentándose de la ocasión perdida. Sánchez Vicario y Casal estuvieron a un único juego de la victoria en el tercer set (5-4 y 6-5), pero no supieron mantener la cabeza fría en el momento más caliente del partido. Llegaron a la muerte súbita, en la que jugaron fatal, y dejaron que Ken Flach y Robert Seguso, dos experimentados jugadores que se han hecho multimillonarios sólo con los dobles, encontraran un resquicio para salvar un barco que ya se hundía. Sánchez Vicario y Casal perdieron la concentración tras la muerte súbita, se dieron cuenta del escenario en el que estaban, cruzaron sus miradas con las de los duques de Kent en la tribuna real, y dejaron que el sentimiento de frustración por la ocasión perdida se adueñase de cada uno de los poros de su piel hasta llegar a la raqueta y transmitirlo a las bolas. Ya no volvieron a jugar como lo habían hecho en los tres sets anteriores, y Flach y Seguso consiguieron el título de Wimbledon en las dos últimas mangas.

El rendimiento de los españoles, sin embargo, fue espléndido hasta llegar a la muerte súbita del tercer set. Rompieron el servicio de Flach en el primer set, y llegaron a un 6-3 en 26 minutos. En la segunda manga, mantuvieron su alto nivel en el servicio y en el juego de red, para levantar un 4-1 en contra en la muerte súbita, y adjudicársela por 10-8. Flach, además, fallaba en exceso, y las cualidades de Seguso, ganador junto a Ander Jarryd (Suecia) del torneo de dobles en Roland Garros, no parecían suficientes para nivelar el partido.

Pero en la tercera manga comenzó a atisbarse una ligera desconcentración de los españoles a la hora de intentar arrebatar el servicio a los americanos. Parecía como si se conformasen con llegar a la muerte súbita. Y si ésta es normalmente una lotería, en la hierba aún lo es más, y salió mal. Emilio y Sergio dejaron que Flach y Seguso se escapasen hasta un 6-1, y, pese a ganar los dos puntos siguientes, ya no pudieron rematar el partido. Pero cuando se juega a la lotería se sabe que siempre existe una posibilidad. Casal y Sánchez Vicario, sin embargo, renunciaron a esa posibilidad y perdieron su fuerza en los dos sets siguientes. Aún así, parece una locura que en el seno del grupo español se haya planteado últimamente deshacer una pareja que ha estado a sólo un juego de ganar en Wimbledon.