_
_
_
_
_

Irene Papas, diva a pesar suyo

La actriz griega actúa por primera vez en España

Irene Papas es diva a pesar suyo. Tiene un carisma que supera al de las grandes estrellas y que se podría igualar al que desprenden pocos, muy pocos, políticos de este siglo. Los críticos, fundamentalmente los de teatro, se deshacen en elogios y en adjetivos grandilocuentes, calificándola de monstruo escénico del teatro. Desde hace 40 años consigue poner al público en pie cada vez que se sube a un escenario. A pesar de todo ello, se producen dos hechos curiosos. Uno, que en su manera de moverse por la vida y en su trato y comportamiento con la gente no aparece esa diva y otro, que es prácticamente imposible encontrar una biografía de Irene Papas, algo de lo que se autoculpa la propia actriz. "Nunca he hecho un currículo o biografía mía", comenta, "no tengo fotos mías, no guardo críticas, no firmo autógrafos, nunca he escrito mi trayectoria en un papel ni la doy cuando me la piden". Al mismo tiempo que cuenta esto se pregunta a sí misma por qué ocurre esto, y termina pensando en voz alta: "¿Será que tengo odio por el pasado? No sé psicológicamente qué se esconde ahí detrás".Si se le recuerda que, a pesar de su amabilidad y accesibilidad, deja entrever que no le gusta hablar de sí misma, pone una expresión en la que se lee: "¡Claro está!". No duda de que ése no es su trabajo. "Yo lo que quiero es estar encima de un escenario".

Más información
Sonidos en negro

No cree tener un sentimiento fatalista, pero tampoco quiere ignorar el destino. "Estamos aquí sólo un breve espacio de tiempo. Todo acaba muy pronto y no quiero pasarlo odiando y atacando".

Su trayectoria profesional se inició a los 12 años, cuando vio ensayar a una actriz y pensó que no terminaba de hacerlo bien, porque no era creíble". Después vino la Escuela de Arte Dramático, a la que asistió a escondidas de su madre, que quería que fuera arquitecta, y poco a poco apareció su pasión por los montajes de los grandes trágicos. "En mi cabeza no hay ningún género del espectáculo que no me guste hacer, y de ahí que haya intervenido en teatro de variedades, papeles cómicos, musicales y obras de Lorca o Lope de Vega".

Aunque quiere vivir al margen de la política, en la etapa de los coroneles sufrió un exilio de siete años. "No por ello dejo de sentir vergüenza al saber que no me quedé allí peleando". Tardó en volver ya que no le parecía lícito participar del gozo y la alegría cuando no estuvo en el dolor.

"He vivido desde pequeña en un pueblo donde el canto y la poesía están en la calle, pero son voces de poetas anónimos", comenta Irene Papas. "Muchas veces, en mi pueblo, se hacen rimas y cosas preciosas que me gusta mucho escuchar. Cuando leo o recito a Lorca, me son totalmen te familiares sus imágenes poéticas. Hablar de la luna roja, para mí no es extraño. En mi pueblo, en todos, habla así la gente, con figuras que son espejos de la condición del alma".

Ella piensa que en España, donde le gustaría montar una tragedia griega en castellano, está un poco como en casa. "Todo el Mediterráneo del sur hemos compartido la pobreza, el luto, las guerras, los asaltos. Nos enfrentamos igual a la muerte, el dolor... Compartimos una cultura mediterránea".

Tras su intervención en Mérida vuelve a Grecia, donde prepara con Cacoyannis, un proyecto que aborda otro período de la historia de Grecia: Bizancio.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_