Catástrofes en la carretera

En los últimos 10 años se han producido en las carretras españolas numerosos y graves accidentes de autocares que causaron la pérdida de muchas vidas humanas.El 19 de abril de 1977, un autobús de transporte escolar se precipitó por un terraplén de 60 metros en el término de La Rúa de Valdeorras (Orense) con el resultado de 13 muertos. A finales de ese mismo año, el 30 de diciembre, murieron 25 infantes de Marina al volcar un autocar en San Miguel de Dueñas (León). Dieciocho personas resultaron muertas y 30 heridas en el accidente que se produjo en Arbós del Penedès (Tarragona) al chocar un autocar y un camión el 7 de septiembre de 1978. El 21 de diciembre de ese mismo año, un autobús escolar fue arrollado por una máquina de tren cerca de Muñoz (Salamanca). Treinta niños y un adulto resultaron muertos.

El accidente más grave de este tipo, por número de fallecidos, fue el que se produjo el 11 abril de 1979 al precipitarse al río Órbigo, en la provincia de Zamora, un autobús que viajaba de Madrid a Vigo, con el resultado de 44 niños y cuatro adultos muertos. El 19 de octubre murieron 21 personas al ser arrollado por una locomotora en la localidad francesa de Tarbes el autocar en que viajaban unos peregrinos españoles que volvían de Roma.

El 19 de marzo de 1981, 11 personas que viajaban en un autocar resultaron decapitadas en Jumilla (Murcia) al caer encima del vehículo una excavadora transportada por un camión.

El 10 de septiembre de ese mismo año, en el término municipal de Benalmádena (Málaga), la colisión de un autobús de línea con un camión ocasionó 15 muertos. El 28 de septiembre de 1981, el choque frontal de un camión con un autobús de militantes del PCE que regresaban a Murcia desde Madrid produjo 25 muertos.

En 1984 se produjeron tres accidentes más. El 19 de junio, 11 personas murieron en un accidente en que el remolque de un camión segó lateralmente a un autocar fletado por la Junta de Extremadura para trasladarse al País Vasco, donde residían. En ese mismo mes, cuatro días después, se produjo un nuevo siniestro en el que murieron nueve personas al volcar el autobús en el que viajaban. La causa del accidente fue que el conductor del autobús tomó una curva a 90 kilometros de velocidad cuando estaba señalizada a 70. Un mes después, el 7 de julio de ese mismo año, 10 personas resultaron muertas y otras 31 heridas al chocar cerca de Valladolid un autobús que se dirigía de Zamora a Barcelona con un camión articulado de la empresa FASA-Renault, después de que éste realizase un adelantamiento frustrado.