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El presidente surcoreano acepta restablecer las libertades

Una nueva Constitución que garantice la elección presidencial directa, la promoción de la reconciliación nacional, la amnistía y restauración de derechos cívicos para los presos políticos, la libertad de prensa y otras medidas democratizadoras complementarlas fueron aceptadas ayer por el presidente de Corea del Sur, el ex general Chun Doo Hwan, de acuerdo con el programa presentado el pasado lunes por el líder del partido en el poder, Rob Tae Woo. La oposición reaccionó con satisfacción al anuncio televisado de Chun, que le compromete a restaurar las libertades en el país.

"Acepto totalmente las recomendaciones de Roh, destinadas a promover el desarrollo democrático y la armonía nacional", dijo Chun, dirigiéndose al país a las diez de la mañana de ayer, hora de Seúl (dos de la madrugada de hoy, hora peninsular)."El 25 de febrero de 1988 transferiré las riendas del Gobierno al nuevo presidente elegido", dijo Chun. "A fin de resolver los antagonismos y confrontaciones entre los ciudadanos y promover la reconciliación nacional", añadió, "habrá una amnistía y restauración de derechos cívicos para todos los detenidos por motivos políticos, con excepción de algunos pocos casos por delitos graves".

Chun recordó que la democracia sólo puede llegar con una reforma progresiva y que la decisión actual "no es un golpe de mano o una resolución que intente resolver todo de golpe". "La democracia", continuó, "no puede implantarse con las palabras, sino con la acción, pero a través del diálogo y el compromiso dentro del marco de la ley y el orden", dijo.

Consideró el presidente que los surcoreanos entran en "una nueva era de desarrollo democrático y madurez política" que conducirá a Corea del Sur a demostrar la existencia de "otro milagro", ya que los surcoreanos no pueden contentarse con ser sólo un modelo de desarrollo económico.

El presidente Chun concluyó, en su alocución de 20 minutos, que no tenía otras ambiciones personales que la de ser apreciado en la posteridad como el pionero que abrió una nueva era democrática en la historia de Corea y realizar el traspaso pacífico de poderes hacia la democracia, junto a la celebración de los Juegos de la Olimpiada de 1988, que "serán un catalizador para la prosperidad nacional".

Satisfacción opositora

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Desde la oposición, los dos Kim, Kim Dae Jung y Kim Young Sam, así como los líderes de tres partidos minoritarios, recibieron las palabras de Chun "con gran satisfacción", según dijo Kim Young Sam, copresidente, junto con Kim Dae Jung, del Partido para la Reunificación Democrática (PRD), principal fuerza política de la oposición."La liberación de todos los presos políticos, excepto los condenados por delitos criminales, y, el restablecimiento de las libertades cívicas, de reunión y de Prensa, junto a la revisión de la Constitución para permitir una elección libre y directa, deben ser los primeros pasos a realizar por el Gobierno", afirmó ayer a EL PAÍS Kim Dae Jung. Éste pidió un Gobierno de coalición nacional para que garantice una transferencia pacífica del poder, en función del veredicto de las urnas, en una elección que la oposición desea para finales de octubre o primeros de noviembre, mientras que el poder la desea para comienzos de diciembre, a fin de evitar un período de transición excesivamente largo, hasta el traspaso de poderes presidenciales, el 25 de febrero de 1988.

Kim Dae Jung no cree posible que los militares interfieran en las negociaciones para volver a la democracia. "Hemos vivido", dijo, "un fenómeno de poder popular, al estilo filipino, y EE UU apoya firmemente el proceso de democratización".

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