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Tribuna:EL OMBUDSMAN
Tribuna
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Políticos y periodistas

El alcalde socialista de Zaragoza, Antonio González Triviño, ha generado en los últimos meses numerosas noticias con motivo de las discrepancias sobre su gestión municipal. Enfrentamientos en el propio grupo socialista del Ayuntamiento, revelación de presuntas irregularidades administrativas en la concesión de obras públicas municipales (el llamado Chuecagate), 23 concejales que abandonan un pleno, la ejecutiva del PSOE de Aragón que propone la expulsión de 11 concejales críticos de su partido de los 18 con que contaba en la casa consistorial... han sido los acontecimientos últimos reflejados en EL PAÍS a través del corresponsal en Aragón Javier Ortega.El alcalde, a partir del mes de marzo, entró en contacto con la dirección del periódico para denunciar sistemáticamente las informaciones del corresponsal, por considerar que se daba un tratamiento "deliberadamente parcial" y algunas de las noticias eran "enteramente inexactas". Posteriormente, por consejo de la dirección de EL PAÍS, el jefe de Prensa del Ayuntamiento, Jesús Bueno, buscó la mediación del defensor de los lectores para analizar y anatematizar, en nombre del alcalde, del primer teniente de alcalde, Luis García-Nieto, y en el suyo propio a Javier Ortega.

Graves acusaciones

La posible gravedad de estas apreciaciones llevaron al ombudsman a viajar a Zaragoza, donde procuró investigar a fondo las acusaciones de los políticos contra el periodista. Conseguidos los datos antes de las elecciones, hemos esperado a que el tema estuviera más sosegado para explicar a los lectores este embrollo. Jesús Bueno nos entregó un informe de 109 folios donde se analizan exhaustivamente las informaciones publicadas en EL PAÍS desde el 12 de enero al 19 de mayo de 1987 por Javier Ortega sobre la crisis municipal socialista en el Ayuntamiento de Zaragoza, y en el que dicho funcionario acusa al corresponsal de . parcialidad manifiesta, favoritismo hacia una de las partes enfrentadas y ocultación deliberada de la verdad".

En sus quejas contra el corresponsal hace constar: "Desde hace 12 años Javier Ortega es amigo personal de Sebastián López, concejal socialista y portavoz del grupo disidente que dirigió los ataques contra la gestión del alcalde [Jesús Bueno reconoce que él también es amigo de Ortega y López desde esa época]. (...) Además de una relación económica entre ambos, puesto que Javier Ortega, por ofrecimiento de Sebastián López, fue contratado en la Universidad Popular para impartir un taller de prensa y editar el boletín informativo de la entidad". Además de otras apreciaciones sobre la supuesta parcialidad informativa del corresponsal a favor de Sebastián López, subrayan que EL PAÍS ha dedicado demasiado espacio a la crisis socialista en relación con otros tres periódicos nacionales: "EL PAÍS ha publicado 19 artículos sobre el tema, con un total de 767 centímetros de columna [¡casi ocho metros de texto!] frente a 15 artículos por parte de los otros tres diarios juntos, que suman 344 centímetros de columnas informativas [no llega a 3,5 metros de texto]. Es decir, el número de noticias publicadas por EL PAÍS sobre este tema supera en casi un 400% a los otros grandes diarios nacionales, y el porcentaje rebasa el 600%. si se considera la superficie informativa en lugar del número de artículos". El ombudsman comprobó el tratamiento de los periódicos aragoneses sobre la crisis, y tentado estuvo de realizar un estudio como el anterior, en el que habría que medir por kilómetros las columnas dedicadas al tema.

Acusación sobre errores

Junto a consideraciones subjetivas y los análisis sobre lo que escribió o debió de escribir el corresponsal, contenidos en los ciento y pico folios del informe que, por fuerza, hemos intentado resumir, el defensor de los lectores decidió investigar los posibles errores del corresponsal en dos de sus crónicas. En la publicada el 5 de mayo pasado, bajo el título Los concejales disidentes de Zaragoza celebrarán una sesión pública, el corresponsal afirmaba: "Sin apenas debate, se aprobaron en menos de una hora los dictámenes del orden del día. Finalizado el pleno, los concejales disidentes intentaron de nuevo leer el comunicado y se les cortó la luz y la megafonía". En el informe, Jesús Bueno señala: "Es total, entera y radicalmente falso que el alcalde, ni nadie, cortara la luz y la megafonía al terminar el pleno. (...) He podido constatar que J. Ortega publicó esa noticia basándose en una charla telefónica con el concejal comunista José Luis Martínez, sin contrastar tales datos con otra fuente fidedigna. Al día siguiente, cuando le comuniqué mi desacuerdo con tal extremo, me ofreció la posibilidad de pedir a la Redacción central que publicara una fe de erratas, lo que se consideró insatisfactorio por mi parte, puesto que no se trata de una errata de imprenta, sino de una rectificación a información errónea".

En la información publicada el 25 de abril de 1987 sobre Presuntas irregularidades en la concesión de obras, Ortega escribió: "La comisión señala en sus conclusiones que existe una 'extraña relación', que no ha podido demostrar en sus detalles, entre el alcalde, el primer teniente de alcalde, el constructor y el candidato socialista a las próximas elecciones...". Jesús Bueno replica: "Esta información se publicó antes de que la comisión hiciera públicas sus conclusiones. Luego se pudo comprobar que las citadas conclusiones no hablaban para nada de una 'extraña relación' entre las personas citadas". En sus valoraciones últimas, el estudio del Ayuntamiento subraya: "Resulta que las cifras hostiles son seis veces más abundantes que las favorables al alcalde. (...) Finalmente, cabe destacar cómo EL PAÍS ha mostrado su capacidad de arrastre de los otros medios. La densa publicación de notas de J. Ortega entre el 21 de marzo y el 20 de abril estimularon al grupo de disidentes socialistas y de la oposición, y empujaron a que el tema fuera seguido por otros medios nacionales".

Reflexiones del corresponsal

Ante las imputaciones del jefe de los municipes zaragozanos, Javier Ortega responde primeramente a lo que pueden ser considerados errores de información: "En relación con el corte de la megafonía y de la luz del salón de sesiones, opino: el 5 de mayo me llamó el jefe del gabinete de Prensa del Ayuntamiento, Jesús Bueno, desmintiendo tal extremo. Le dije que existía la posibilidad de rectificar si el propio alcalde así lo consideraba oportuno. Añadí que aparecería la versión del alcalde y las de al menos tres concejales críticos, pues, en su opinión, sí se cortó la megafonía inmediatamente después del pleno, sin que tuvieran opción a leer el comunicado. El señor Bueno hace juicio de valores inexactos sobre lo que va o no en la sección Fe de erratas, que nadie le ofreció como posibilidad. Todavía estoy esperando su respuesta para rectificar la información".

Respecto al artículo publicado el 25 de abril, reconoce Ortega que la comisión investigadora no incluyó en sus conclusiones finales lo de "extraña relación", y que la fuente fue un borrador de las conclusiones de la comisión. "Recuerdo", señala Ortega, "que el día siguiente envié una información, publicada sólo en parte, en la que se indicaba el malestar del primer teniente de alcalde, Luis García Nieto, por verse involucrado en el caso sin que fuera cierto. No es menos cierto que uno de los puntos que la comisión trató de investigar fue Ias extrañas relaciones entre las diversas personas implicadas en el caso Chueca. Al no obtener los resultados deseados, optaron por no incluirlo en las conclusiones. Este extremo apareció en diversas ocasiones durante las explicaciones públicas dadas por la comisión investigadora".

Respecto a algunas de las acusaciones que se vierten sobre el corresponsal, éste considera: "El señor Bueno emite juicios que me atrevería a calificar de temerarios, pues se cree en posesión de la verdad y capacitado para juzgar al corresponsal, las secciones del periódico e incluso hasta a la dirección. Mi vinculación laboral con la Universidad Popular, patronato autónomo dependiente del Ayuntamiento, finalizó a primeros de mayo. Accedí mediante concurso público al que se presentaron al menos otras tres personas. Presenté un currículo, un proyecto del taller de prensa y de la publicación de la revista cultural La Solana".

"Reitero que mi único delito en este embarullado caso, que aún sigue coleando, pues hay interpuestas querellas entre el alcalde y los concejales, ha sido el de ser corresponsal de EL PAÍS y difundir el caso Chueca a nivel nacional. Digo que recibí coacciones y presiones, a través del señor Bueno, para que fuera por 'el buen camino'. Al final se ve que se hartaron de mí, y por teléfono me dijo: 'De parte de García-Nieto [primer teniente de alcalde], a ése [por mí], a degüello y cuchillo'. Al preguntarle qué me iban a hacer, dijo: 'Desprestigiarte profesionalmente".

Después de que el ombudsman conectase con diversos políticos zaragozanos para conocer sus opiniones sobre este marañado caso, recibimos una carta de solidaridad con Ortega, y refiriéndose a las presiones que se estaban intentando contra el corresponsal, señalaban: "Constituye, a nuestro juicio, un ataque a la libertad de expresión y un intento de impedir que la Prensa nacional se haga eco de la situación real que vive el Ayuntamiento de Zaragoza. Las informaciones de EL PAÍS no han hecho sino reflejar en forma sintética y aséptica lo que reiteradamente ha venido apareciendo en los medios locales, sin que se aprecie ninguna diferencia entre unas y otras". Muestran su solidaridad con Ortega y le consideran "víctima de acusaciones totalmente injustas e impropias de una sociedad democrática, que los propios medios de comunicación deben denunciar e impedir". Firman Sebastián López (PSOE), Isabelo Forcén (PAR), Luis Fernández (PDP), José Luis Martínez (PCE) y Gonzalo Salas.

La relación de Javier Ortega con EL PAÍS se remonta a julio de 1982. Consultados los jefes de sección con los que ha trabajado, le consideran un corresponsal responsable. El redactor jefe de información general, José María Izquierdo, señala: "Es un periodista fiable, que envía las informaciones contrastadas, y nunca hemos detectado un dato mal en sus crónicas".

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