Francia ofrece recompensas a los que den pistas sobre el terrorismo corso
El Gobierno francés quiere romper con la tradicional omertà, o regla del silencio de los corsos, a propósito del último atentado terrorista que ha costado la vida al veterinario y destacado dirigente antiindependentista Jean-Paul Lafay. A partir de las próxima semana, la policía pegará carteles incitando a la colaboración con la policía para la localización de seis independentistas acusados de atentados, depósito de explosivos y actividades ilegales. Un millón de francos (21 millones de pesetas) es la cantidad ofrecida a quien proporcione pistas valiosas sobre los terroristas.El entierro de Jean-Paul Lafay ha sido motivo de la convocatoria de paros y actos simbólicos contra el terrorismo. Diez personas han sido puestas a disposición judicial después de su detención el martes, acusados de violencias contra la policía, ultrajes, y tentativa de reconstitución del disuelto Frente de Liberación Nacional de Córcega.
Las detenciones se produjeron durante la intervención del ministro del Interior, Charles Pasqua, desde el balcón del ayuntamiento de Ajaccio, pocas horas antes de que Jean-Paul Lafay cayera abatido por dos balas, después de un debate de televisión, en el que participó el nacionalista corso Max Simeoni. Se da la circunstancia de que Simeoni, que es médico, proporcionó los primeros cuidados a Lafay instantes después de ser abatido. Las cámaras de la televisión regional pudieron registrar la patética imagen del médico practicando la respiración boca a boca a su enemigo político.
El ministro del Interior, Charles Pasqua, entrevistado ayer por el diario Le Monde, ha asegurado que "los inspiradores del asesinato son personas muy concretas, que los corsos conocen, pues son los portavoces de las tesis separatistas". "Ellos tienen la responsabilidad de este asesinato", añadió. "Todo el mundo deberá rendir cuentas", afirmó "y no sólo quienes han ejercido de brazo ejecutor, sino también los que han actuado de cerebros".
Frialdad de los corsos
Las incitaciones a la cooperación' con la policía han sido acogidas, por el momento, con la mayor frialdad por los isleños, que en muchos casos han afirmado, ante las propias cámaras de televisión, su negativa a ayudar a las autoridades. "Los corsos no tenemos que resolver estos problemas, es el Gobierno de París, su policía, quien debe hacerlo", aseguró un pescador. La viuda del veterinario asesinado afirmó, también ante las cámaras de televisión, que todo el mundo en Córcega sabía quiénes eran los asesinos de su marido. El ilegal FLNC (Frente Nacional de Liberación de Córcega) ha asegurado, a través de una llamada anónima a los medios de comunicación, que no tiene nada que ver con el atentado.Las acciones violentas han experimentado un recrudecimiento respecto a 1986. En la primera mitad del año se han producido 284 atentados, con bombas principalmente, frente a un centenar en 1986.
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