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Ser o no ser para De Mita Los italianos votan hoy y mañana para elegir un nuevo Parlamento

La Democracia Cristiana, y especialmente su líder, Ciriaco de Mita, se juega buena parte del poder hegemónico que ostentó durante 40 años, con el apoyo de: los partidos menores, en las elecciones legislativas que hoy y Mañana se celebran en Italia, que muchos analistas califican de confusas e inciertas.

Las grandes novedades de estos comicios, anticipados por la crisis política iniciada en marzo tras la caída del Gobierno pentapartido de Bettino Craxi -y consolidada después de la breve vida del Gobierno institucional de Amintore Fanfani-, son la descomposición de esa alianza de democristianos, socialistas, republicanos, socialdemócratas y liberales; la aparición de un tímido bloque laico y socialista frente al bipartidismo de la Democracia Cristiana (DC) y el partido comunista (PCI) -las dos principales fuerzas del país-; la propuesta comunista de constituir una alternativa de izquierdas que acabe con la hegemonía democristiana y, por último, la aparición por vez primera en unas elecciones legislativas de los Verdes, que tienen grandes posibilidades de entrar en el Parlamento.En el censo electoral están inscritos 45,6 millones de italianos, de los cuales cuatro millones de jóvenes podrán ejercer por primera vez el derecho al voto. Hay una tradición de elevada participación.

Se vota para la elección de 630 diputados y 315 senadores, y han presentado candidaturas 28 partidos, de los cuales 11 tienen ya representación parlamentaria. En Nápoles se vota también para la alcaldía. Los colegios electorales se abrirán hoy, desde las siete de la mañana hasta las diez de la noche, y el lunes, de siete a dos. Una estimación bastante exacta del voto está previsto que se conozca el lunes por la tarde, aunque los datos definitivos se sabrán la mañana del martes.

De Mita, de 59 años y secretario general de la DC desde 1981, se juega en estos comicios el cargo. La DC está obligada a remontar los seis puntos que perdió en las últimas legislativas de 1983 (32,9%) si no quiere verse de nuevo humillada y tener que ceder, como viene sucediendo desde hace siete años, la presidencia del Consejo de Ministros. Sin embargo, algunos sondeos indican que bajará por debajo de ese mínimo histórico registra(lo hace cuatro años.

El líder democristiano, que ha realizado una reorganización del partido para controlar las capillas dominadas por la vieja guardia, subraya que la IDC, como fuerza de mayoría relativa, tiene derecho a la jefatura del Gobierno aunque no hace de ello una exigencia. Insiste De Mita en que frente a la alternativa de izquierdas no hay más que una coalición de pentapartido en tomo a la Democracia Cristiana.

El objetivo del PCI

El PCI también tuvo unos resultados poco satisfactorios en 1983, y muchos de sus dirigentes confiesan en privado que se conformarían con el 29,9% que lograron entonces.

Alessandro Natta, de 69 años, su líder desde la muerte de Enrico Berlinguer, ha abandonado el compromiso histórico y la tercera vía que propugnaba este e invita a las fuerzas reformistas y progresistas a unirse en una alternativa de izquierdas junto al PCI. Su llamamiento ha caído por ahora en saco roto.

Bettino Craxi, de 53 años, el secretario general del partido socialista (PSI) y primer ministro durante tres años y medio al frente de un pentapartido, :no acepta la oferta comunista, al tiempo que se muestra muy ambiguo con la DC. Desde que está al frente de la dirección socialista, el partido ha ido escalando poco a poco posiciones. Algunos observadores sostienen que esos mínimos avances -menos; de dos puntos en ocho años- son insuficientes para que se produzca el reequilibrio de fuerzas y el polo laico-socialista que él desea.

La extrema derecha, reunida en el Movimiento Social Italiano (MS1) de Giorgio Almirante (6,8% en 1983), denuncia el sistema constitucional y propone la creación de una Segunda República con la elección directa del jefe de Estado y de los alcaldes.

El eje laico-socialista de Craxi es apoyado por los socialdemócratas de Franco Nicolazzi (4,1% en 1983) y también por el Partido Radical de Marco Panella (211,2%). Los radicales pueden verse perjudicados con la aparición del movimiento verde. Los líderes de la lista verde estiman que entrarán en el Parlamento y que podrán conseguir entre un 2,5% y un 3% de votos.

El Partido Republicano de Giovanni Spadolini -el primer jefe de Gobierno laico que ha tenido Italia desde la 11 Guerra Mundial- no discrepa con la fórmula del pentapartido, aunque redimensionada y acentuando un programa de reformas económicas y de vigilancia contra la corrupción de los funcionarios públicos. En 1983 consiguió un 5,1 % gracias al efecto positivo de la jefatura de Gobierno en manos de Spadolini, pero es difícil que ahora supere esa marca. Los liberales de Renato Altissimo (2,9%), político a quien algunos ven como un candidato de mediación para dirigir el Gobierno si las candidaturas de De Mita, Craxi o Spadolini no fructificaran, no renuncian a la idea del pentapartido sobre bases paritarias.

La mayoría de los politólogos italianos sostienen que la próxima legislatura tendrá como tarea de máxima prioridad la reforma institucional y electoral que facilite el desbloqueo político, pero por ahora las principales fuerzas no coinciden en sus propuestas.

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