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La política de 'la zanahoria y el garrote'

Israel comenzó la llamada política de puentes abiertos en el río Jordán poco después de la Guerra de los Seis Días, en 1967. Sus detractores, como el general Zui Elpeleg, antiguo gobernador militar de Nablus, creen que "los puentes permiten a Jordania y a la OLP mantener su influencia sobre los residentes de los territorios". La mayoría de las autoridades civiles y militares israelíes cree, no obstante, que permitir ese dificultoso contacto de los palestinos con él exterior impide no pocas explosiones de ira.El general ShIomo Gazit, ex gobernador general de los territorios ocupados, califica la política de puentes abiertos como la de "la zanahoria y el garrote".

"La apertura de los puentes", dice el jefe militar, "constituye el más importante privilegio que tienen los habitantes de los territorios. El garrote es que se les da algo que perder". Si Israel cierra, su situación se convierte en dramática.

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Lo más sorprendente no es el movimiento humano, sino el comercial. En 425 camiones especiales, con matrícula conjunta jordano-israelí, Cisjordania exporta anualmente a través de los puentes unos 70 millones de dólares (cerca de 9.000 millones de pesetas) en productos agrícolas.

Esos camiones especiales tienen ventanas en los depósitos de combustible y son prácticamente desmontables. Cuando regresan al lado israelí, su inspección suele durar unas 10 horas.

Mientras el Gobierno de Jordania se opone a cerrar los puentes y sus oficiales allí sostienen entrevistas a diario con los israelíes, la resistencia palestina solicita el fin de esta cooperación, porque, como dice el antiguo alcalde de Jericó, Shafiq Bali, "consolida el dominio israelí sobre los territorios ocupados".

Los palestinos que cruzan diariamente el puente Allenby en ambos sentidos son entre 3.000 y 4.000.

Cruzar esta barrera es su única oportunidad de tener contactos con sus familiares refugiados en Jordania o en otros países árabes, y también de viajar desde Amman a cualquier lugar del mundo que les acepte.

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