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Craxi defiende un programa de modernización frente a la Democracia Cristiana

ENVIADO ESPECIALLos dirigentes democristianos de Sicilia insinúan que los socialistas de la isla tienen relaciones con la Mafia; éstos replican diciendo que la verdadera mafia son aquéllos. Sin embargo, los líderes nacionales de esas dos fuerzas, que con los tres partido laicos minoritarios -republicanos, socialdemócratas y liberales- gobernaron Italia durante los últimos tres años y medio, moderan cada vez más el tono acusatorio conforme se aproxima el final de una de las campañas electorales más confusas, y a la vez más insulsas, que ha vivido el país desde el final de la II Guerra Mundial.

"El problema de estas elecciones, que nadie entiende bien, no está en la primacía de la Democracia Cristiana (DC), sino en la posibilidad de que pueda continuarse el programa de modernización y de desarrollo económico de Italia", dice el líder del Partido Socialista (PSI), Bettino Craxi, ante cerca de un millar de personas congregadas el martes a última hora en la céntrica plaza Politeamo de Palermo.

Un sondeo difundido ayer por el diario La Reppublica prevé que su partido puede ganar en las elecciones de los próximos días 14 y 15 hasta dos puntos (11,4 en 1983), mientras que las dos mayores fuerzas del país -Democracia Cristiana y Partido Comunista (PCI)- perderían casi 3,5 y 2,5 puntos, respectivamente.

El dirigente del PSI, vestido de azul y con corbata roja y exhibiendo una rosa en la mano derecha, llega a la ciudad de la Mafia en olor de multitudes. El secretario regional del partido, Franco Buttita, lo presenta como el político que "ha dirigido el mejor Gobierno que ha habido en Italia en los últimos 40 años". Craxi no desaprovecha la oca.sión y afirma que Italia ha sido elogiada en el extranjero por casi "cuatro años de estabilidad política y de éxitos económicos".

Durante la jefatura de Craxi, Italia ha reducido la inflación del 16% al 4,2%, ha tenido un crecimiento económico en los dos últimos años superior al de EEUU y Japón, registra fuertes superávit de la balanza de pagos y de la balanza comercial, ha reducido el déficit presupuestario y está deteniendo la tasa de desempleo.

Bettino Craxi dice en Palermo que "todo lo hemos hecho sin sacrificios y sin realizar una política de derechas", algo que la oposición comunista no comparte.

De padre siciliano y madre milanesa -él nació hace 53 años en Milán-, Craxi se ha convertido en estos últimos años en el fiel de la balanza para garantizar la gobernabilidad en Italia, con un partido que en las últimas elecciones de 1983 obtuvo sólo el 11,4% de votos.

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