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El tirón de la demanda ha beneficiado al sector siderúrgico, según Croissier

El aumento del 14,3% en el consumo aparente de acero durante 1986 es una muestra más del "tirón de la demanda interna en la economía española, que se situó muy por encima de los restantes países occidentales", según declaró ayer el ministro de Industria y Energía, Luis Carlos Croissier, en la junta general de la patronal siderúrgica Unesid.

El ministro destacó que el efecto locomotora de la economía española con respecto al resto de la Comunidad Europea también ha tenido su reflejo en el sector siderúrgico, si bien sólo desde el punto de vista de la demanda. Los aumentos del consumo en este y otros sectores, precisó Croissler, "van a trasladarse sólo en parte, y quizá cada vez en una porción menor, a la producción nacional". Las causas de esta relativa desventaja para las empresas españolas tienen su origen en el ingreso en la CE, que ha impuesto el desarme Arancelario y el fin de las subvenciones fiscales a la exportación.El incremento del consumo de acero fue el único índice positivo de un año, como el pasado, muy malo para la siderurgia, en el que las importaciones provenientes de los países de la CE aumentaron un 82%, las exportaciones cayeron un 33,3% y la producción nacional descendió en un 16,2%.

Esa situación regresiva no es diferente de la que sufren los principales países industrializados, y la Comunidad está discutiendo una nueva reducción de capacidades de entre 25 y 30 millones de toneladas, "lo que equivale a todos los cierres de capacidad que se han hecho durante el período 1980-1985".

La coyuntura siderúrgica en los cuatro primeros meses de este año ha mejorado sensiblemente, según apuntó el presidente de Unesid, Juan Luis Burgos. Entre enero y abril, las importaciones de productos laminados de acero han descendido en 21,7% en toneladas y en 12,6% en valor. Las exportaciones se han reducido sólo en un 1,2% en toneladas, aunque su valor en pesetas, por efecto fundamentalmente de la depreciación del dolar, ha bajado en un 14,1%. El consumo tendrá en el conjunto del año un comportamiento similar al del pasado ejercicio.

El segundo reajuste

En cuanto a las ayudas adicionales para el segundo reajuste de la siderurgia, -que representan subvenciones de 223.000 millones para las empresas de aceros especiales y para Ensidesa y Altos Hornos de Vizcaya-, durante este mes serán definidos los llamados "hitos y metas" que han de cumplir las compañías para recibir el dinero. El grueso de las ayudas, destinadas al saneamiento financiero y al ajuste adicional de empleo, será concedido a través de los Presupuestos de 1978. Croissier manifestó, sin embargo, que este año se arbitrará un crédito extraordinario, cuya cuantía no fue precisada.El dinero líquido a recibir por las empresas será muy inferior al monto total, ya que buena parte de las subvenciones van dirigidas a financiar los excedentes, a cancelar deudas con Hacienda y la Seguridad Social o a transformar créditos oficiales en créditos participativos.

Queda por decidir el cierre de instalaciones a efectuar en el subsector de acero común, que correrá con casi tres millones de los 3,75 millones de toneladas en que España tiene que reducir su capacidad de producción para situarla en un límite máximo de 17,25 millones de toneladas anuales en enero de 1989. Aquí, al no existir planes de reconversión en marcha, las ayudas financieras están prohibidas por la CE, y la Administración ha fijado un marco de compensaciones di hasta 15.000 pesetas por tonelada achatarrada, al margen de las ayudas laborales. La decisión corresponde a la veintena de empresas de acero común, aunque las producciones más afectadas serán las de redondos de hormigón, con un recorte de casi dos millones de toneladas.

Los excedentes globales de este segundo reajuste siderúrgico se elevan a 10.000 trabajadores, de los que la mitad corresponderá al subsector de acero común. El conjunto del sector ya ha perdido 26.853 empleos desde 1975.

El ministro de Industria insitió ayer en que los recortes de plantilla se harán de forma no traumática, pero también en que . es exigible que los sindicatos comprendan que salvar a una empresa pasa por sacrificar cierto volumen de empleo. Ese esfuerzo que pagan los ciudadanos debe ser asumido igualmente por centrales sindicales y empresas".

Negó que en Forjas y Aceros de Reinosa (Foarsa) vaya a hacerse un reajuste superior al anunciado. La precisión del ministro se produjo después de que Vicente Carretero, vicepresidente del grupo Acenor, afirmase que los aceros especiales necesitan un cierre de capacidad de otras 500.000 toneladas, que se añadiría a lo realizado en 1984 y a las casi 800.000 toneladas decididas para esta segunda fase.

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