El mayor coste de importación del petróleo empieza a influir negativamente en la economía española

Las transformaciones a que está siendo sometida la economía española por motivos externos, como la incorporación a la Comunidad Europea, o internos, por la aplicación de la política monetaria, se están dejando notar en las grandes cifras. El déficit comercial en el pasado mes de abril se situó en 561 millones de dólares, un 53% más que en el mismo mes de 1986, pero el menor registrado en lo que va de año. La factura petrolera ha empezado a mostrar signos de encarecimiento y se ha paralizado la devolución de préstamos exteriores concedidos a empresas españolas. Junto a ello, el nivel de reservas de divisas aumentó en algo, más de 1.000 millones de dólares en abril.

Las cuentas exteriores de la economía española vienen mostrando unos importantes cambios en su composición desde hace unos meses, según los datos del registro de caja del Banco de España. En el pasado mes de abril, el valor de las importaciones fue de 3.429 millones de dólares (algo más de 430.000 millones de pesetas), mientras que las exportaciones se situaron en 2.867 millones de dólares. El déficit comercial de este mes -561 millones de dólares- representa un empeoramiento del 53% sobre el mismo mes del año anterior, pero ha sido el menor de los cuatro primeros meses del año.La evolución de las importaciones en este mes representa, por un lado, que, por primera vez desde finales de 1985, la factura petrolera pagada es superior a la del mismo mes del año anterior, lo que no hace sino predecir problemas para los próximos meses, mientras que el incremento registrado por el resto de las importaciones es muy inferior al alcanzado en los tres primeros meses de 1987. El total de las importaciones españolas moderó su ritmo de crecimiento en abril, situándose en torno al 26%, y, por el contrario, el valor de las exportaciones creció de forma importante, hasta situarse en el 22%.

La mejora relativa del déficit comercial de la economía española puede explicarse por dos vías completamente distintas y sobre las que no se ponen de acuerdo los expertos. El análisis que salta a primera vista es que, aparte del lógico encarecimiento en dólares que tiene que mostrar la compra de petróleo, se puede estar mostrando un cierto estancamiento en el nivel de compras en el exterior de otros productos, al tiempo que se produce una cierta recuperación de las ventas de productos españoles en el exterior. Aunque puede ser cierto todo esto, la evolución del tipo de cambio efectivo de la peseta frente al resto de las monedas no parece avalar esta tesis.

Movimientos especulativos

La otra explicación se fundamenta en que ante la apreciación de la peseta frente al resto de las monedas en general -y en particular ante el dólar-, y por la fuerte elevación de los tipos de interés que se mantienen en España, se están retrasando pagos al exterior -lo que retrasaría el incremento global de las importaciones-, mientras que se trata de cobrar lo antes posible el valor de lo exportado para poder colocar los excedentes de tesorería dentro del mercado financiero español, que ofrece condiciones mucho mejores que en el resto del mundo.Esto último está. en consonancia con la fuerte afluencia de dinero caliente que sigue entrando en España, con la transformación de divisas en pesetas por parte de la banca delegada y con el importante freno que tiene lugar en la amortización, anticipada o no, de los préstamos exteriores.

Todos estos movimientos, unidos a que se mantiene el buen comportamiento del sector turístico, a que el nivel de inversiones exteriores en España sigue siendo muy elevado y a que se ha producido una cierta reducción de las inversiones españolas en el exterior, han provocado que en el mes de abril las reservas de divisas aumentaran en 1.064 millones de dólares, mientras que en el mismo mes del año anterior se habían reducido en casi 900 millones.

La evolución seguida por la balanza de pagos en el primer cuatrimestre de este año sigue registrando, como era normal, una tendencia más lógica con el último año. La factura petrolera acumulada es inferior a la del mismo período del año anterior en 250 millones de dólares, pero tiende a agotarse. El déficit comercial total pasa de menos de 900 millones de dólares en 1986 a más de 2.600 millones en este año, aunque el crecimiento de las exportaciones empieza a ser fuerte.

Los ingresos por turismo siguen mostrando una firmeza importante, con un saldo superior a los 3.000 millones de dólares, frente a 2.350 millones un año antes. La balanza de capital tiende a mostrar un saldo acorde con lo que era normal en los años anteriores, consecuencia del mantenimiento de la inversión extranjera en España, una disminución en la cancelación de créditos exteriores, un aumento de la inversión española en el exterior y una fuerte disminución de los créditos españoles al exterior por la crisis que atraviesan los países en dificultades de pagos.

Los altos tipos de interés internos siguen provocando fuertes entradas de capital a corto plazo mediante la modalidad de pesetas convertibles, entradas directas o transformación en la posición de divisas por parte de las entidades delegadas.