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Marina Digmelashvili

La renovación de Gorbachov llega a la moda

Su recato en el vestir apenas deja adivinar que Marina Digmelashvili sea la diseñadora principal del Centro Republicano de la Moda y Cultura del Vestido de la República Socialista Soviética de Georgia. Pero así es desde que, en 1979, la diseñadora terminara sus estudios en la Academia de Bellas Artes, donde se forman los modistas del país durante un período de cinco años.

Marina Digmelaslivili se confiesa profunda admiradora de Chanel y Dior casi desde que ingresó en la Academia de Bellas Artes de Tiflis, la capital de Georgia, con la idea de convertirse en diseñadora gráfica. Sin embargo, después de superar el curso de preparación, sus profesores le aconsejaron que se decidiera por el diseño de moda. Jamás se ha arrepentido de su elección, y a sus 35 años ocupa el puesto de diseñadora principal en el Centro Republicano de la Moda y Cultura del Vestido de Georgia, el más prestigioso de la República, y donde trabajan bajo su supervisión otros 15 diseñadores que se ocupan de la moda femenina, masculina e infantil de los camaradas de Gorbachov.En el pabellón de la URSS de la 55 Feria Internacional de Muestras de Barcelona, que se está celebrando en Barcelona, se ha exhibido una muestra de su trabajo. "En nuestras creaciones se percibe", afirma, "una clara influencia de la tradición georgiana de los trajes típicos regionales, caracterizada por la profusión de ornamentos y por el contraste del blanco y negro. También seguimos los dictados de la moda europea del momento y, más concretamente, de la francesa". La casa de modas que representa Marina Digmelaslivili ha organizado desfiles en Austria, República Federal de Alemania, Turquía y Francia. "En París", asegura la diseñadora, "nos dispensaron una gran acogida, y tanto la prensa especializada como los grandes modistas demostraron gran interés por nuestros diseños".

En la actualidad, en la URS S se presta una mayor atención al diseño de moda, y muchos jóvenes sueñan con llegar a ser creadores. "Sin embargo", señala Marina Digmelaslivili, "es muy dificil acceder a estos estudios y sólo cinco alumnos obtienen anualmente este diploma en cada facultad". Por otra parte, los ciudadanos también están demostrando una mayor preocupación por su atuendo. "Los georgianos", asegura la diseñadora, "no tienen un carácter tan serio como los de otras partes del país y suelen tener buen gusto en el vestir y buen criterio en la elección de los colores. También se ven minifaldas, no en las ciudades, pero sí en los lugares de veraneo a la orilla del mar, y se ha impuesto de igual modo el pantalón y la falda tejanos".

Existen en la Unión Soviética centros de modas estatales parecidos al de Georgia, que mantienen entre ellos estrechas relaciones de intercambio de ideas y métodos de diseño y patronaje. Las relaciones comerciales, sin embargo, se dejan en manos de las fábricas textiles, que se encargan de distribuir la ropa a todo el país.

Marina Digmelaslivili percibe por su trabajo unas 100.000 pesetas al mes y, al igual que otros creadores soviéticos, su meta es mejorar su calidad profesional y así poder llegar a presentar su propia colección personal. Este sueño pronto será realidad, ya que el Centro de Moda de Georgia proyecta vender modelos exclusivos en toda la URSS con el nombre y apellido de los creadores.

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