_
_
_
_
_

Una guerra no querida

En la mañana del 30 de mayo de 1967, el rey Hussein pilotó un avión Caravel desde Amman hasta El Cairo. En la tarde de ese día, Hussein y el rais egipcio, Gamal Abdel Naser, firmaron apresuradamente un pacto de defensa mutua, que obligaba a Jordania a participar en el inminente conflicto con Israel. Said Rifa¡, de origen palest1no, actual primer ministro jordano y ya entonces muy próximo al monarca, afirma que Hussein no quería aquella guerra.Días antes de su histórico viaje a El Cairo, "cuando Naser cerró el estrecho de Tiran", cuenta Rifai, "el rey se convenció de que la guerra era inevitable. Pero yo estaba con él cuando se enteró de esa información crucial oyendo la radio de El Cairo. Naser no le había consultado en absoluto".

El 5 de junio, Israel destruyó por sorpresa las fuerzas aéreas de Egipto, Siria y Jordania. El reino hachemí perdió sus 32 Hawker-Hunter, lo que disminuyó muy seriamente la eficacia de sus fuerzas terrestres. Dos días después, Israel controlaba Cisjordarna y comenzaba el asalto a la parte árabe de Jerusalén. El mismo día 7, los judíos fueron a orar al recién conquistado Muro de las Lamentaciones. Se írripuso el alto el fuego, y el reino hachemí reconoció 6.094 muertos, 792 heridos y 200.000 refugiados. Las pérdidas israelíes contra Jordania, 302 muertos y 1.453 heridos.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_