El grupo KIO negocia con Explosivos la compra de su complejo de Huelva, al tiempo que negocia con CEPSA
La Kuwait Investment Office (KIO), grupo estatal kuwaití que gestiona las inversiones del rico emirato del golfo Pérsico, ha mantenido conversaciones con Explosivos de Río Tinto (ERT) a fin de explorar las posibilidades de adquirir su complejo petrolero de Huelva, casi al mismo tiempo que negociaba, por separado, con la Compañía Española de Petróleos (CEPSA) una eventual compra del 15% de esta empresa refinera privada. La Administración favorece la entrada de uno o varios grupos exteriores en el sector español del petróleo, a fin de clarificar la situación jurídica de Campsa.
La entrada de España en la Comunidad Europea (CE) ha convertido el mercado español de productos petrolíferos en uno de los más atractivos que quedan aún en Europa, especialmente para los productores de crudo. Cerrado a la competencia exterior desde 1927 por la creación del monopolio de petróleo, sólo la adhesión comunitaria de España ha permitido y obligado a forzar el resquebrajamiento de la entelequia legal montada en torno a Campsa. El momento, además, ha coincidido con una coyuntura muy particular -bajos precios y lucha por cuota de mercado- de los productores de petróleo.Kuwait, el segundo exportador del golfo Pérsico después de Arabia Saudí, hace tiempo que tiene diseñada una estrategia en Europa. Tras complementar su enorme producción con el negocio del refino en su territorio, hace años que montó en los países europeos su propia distribución de productos refinados a través de la compra de las participaciones que dejaba la firma petrolera norteamericana Gulf. En el mapa de Europa, sin embargo, le queda un área virgen: España.
Después de realizar algunas inversiones financieras en este país (menos de un 5% del Central, toma de Torras Hostench y participaciones en bancos) es muy posible que Kuwait, a través de sus distintas organizaciones de inversión, comerciales o de venta de crudo (la KIO, la petrolera o la Kuwait Foreing Trading, Contracting and Investment), haya iniciado el verdadero asalto a este mercado a través de intermediarios o utilizando los servicios de entidades de crédito.
Base firme
En los tres últimos meses, su guardada estrategia europea lo ha llevado a contactar con varias firmas refinadoras españolas, con el presunto objetivo de sentar una base firme de venta de crudo, y debido al carácter de asociación de empresarios refineros que es Campsa, indirectamente en la distribución.Las conversaciones con las refinadoras, rodeadas del más absoluto hermetismo por ambas partes, se han centrado en Explosivos Río Tinto (ERT) y en CEPSA, a cuyo equipo directivo ya conocían los hombres del KIO, y de las otras agencias (el enigmático Al-Gawande) por las conversaciones con el Central, culminadas con éxito hace ya varios meses.
Los contactos con ERT, canalizados a través de una entidad bancaria de nombre árabe, se han centrado en la eventual compra del complejo petrolero (refino y lubricantes) de Huelva. La operación, muy complicada debido a la multiplicidad empresarial de ERT y al elevado precio en que la empresa química tiene valorado su complejo en libros (unos 40.000 millones), ha quedado en suspenso, mientras se abría con mayor interés el tema de CEPSA.
Alfonso Escámez, presidente del Central y de CEPSA, admitió ayer, ante la junta general de accionistas de la sociedad, el enfriamiento de las conversaciones con KIO al revelar la existencia de una nueva oferta (después de la primera oferta y una posterior contraoferta) que "aún no había sido contestada". La nueva oferta, según fuentes solventes, lleva aparejado algún cambio sobre la original, si bien el objetivo sigue siendo el mismo: Kuwait aporta entre 50.000 y 60.000 barriles al día de crudo (algo más de dos millones de toneladas anuales) a cambio de una participación financiera en CEPSA del 15%, con el derecho a dos puestos en el consejo de administración. CEPSA se reserva el derecho de vender el 50% de su refinería de Tenerife.
La oferta de CEPSA tiene el atractivo de ser mucho más sencilla que la de ERT, aunque quizá posea menos interés para KIO si sus intenciones son muy ambiciosas en España. Con un desembolso de algo más de 10.000 millones de pesetas (el 15% se pagaría por encima del 400% del nominal), Kuwait consigue vender su crudo y tiene acceso, indirectamente, a CAMPSA y eventualmente a la cuota del mercado que a ésta le corresponda después de 1992. Con ERT, sin embargo, habría que rebajar el precio en libros del complejo onubense (lo que crearía problemas con los acreedores-accionistas de la sociedad) y luego invertir más de 10.000 millones en modernizarlo mediante un craking o un visbreaking. Pero Kuwait entraría directamente en Campsa y controlaría una refinería en España, incluida su cuota de mercado en la distribución.
En la Administración, cualquiera de las dos operaciones se ve con buenos ojos, ya que se establecería así un nuevo mecanismo para la entrada en CAMPSA de grupos extranjeros y se diluirían las críticas, algunas con probable trascendencia jurídica, sobre el "abuso de posición dominante" que supuestamente ejerce la compañía sucesora de la antigua administradora del monopolio.
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