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Los responsables de seguridad de Occidente proponen luchar mediante la cooperacion contra la internacional terrorista

Lluís Bassets

Ministros y responsables de seguridad de los siete países más industrializados y de dos países más, en representación del llamado Grupo de Trevi, que forman los ministros del Interior de la Comunidad Europea, se reunieron ayer en París en una conferencia antiterrorista, la primera de estas características. "No hay fronteras para la lucha antiterrorista" declaró Charles Pasqua, el ministro francés del Interior. Para el anfitrión y para Robert Pandraud ministro delegado para la Seguridad, a las relaciones internacionales que mantienen los grupos terroristas se debe oponer una estrecha cooperación internacional, según declararon en una conferencia de prensa, en medio de impresionantes medidas de seguridad.

Los países representados en la reunión de ayer son los siete grandes (Estados Unidos, República Federal de Alemania, Gran Bretaña, Italia, Japón, Canadá y Francia), más los dos países anfitriones del grupo de Trevi en 1987 y 1988, que son, respectivamente, Bélgica y Dinamarca.La reunión antiterrorista de París es un éxito diplomático del Gobierno norteamericano, que desde la reunión de jefes de Estado de los siete grandes en Tokio (mayo de 1986) no han cesado de presionar para la creación de una estructura estable de cooperación multilateral de los países industrializados occidentales específicamente destinada a combatir el terrorismo.

Protagonismo norteamericano

Pasqua quiso desmentir el protagonismo norteamericano y aseguró que la iniciativa de la reunión era del ministro de la RFA, Friedrich Zimmerman, que no asistió a la reunión y mandó al secretario de Estado, Hans Neusel. No escapa a nadie el interés francés en la reunión, tanto de cara a su opinión pública, amenazada por el chantaje de las bombas si no se libera a varios presos árabes y de Oriente Próximo, como de cara a la escena internacional, en la que el Gobierno conservador de Jacques Chirac ha cosechado no pocas dificultades, principalmente por las acrobacias diplomáticas realizadas para obtener la libertad de los franceses secuestrados en el Líbano.

El ministro de Justicia norteamericano, Edwin Meese, declaró a la salida de la reunión que estaba satisfecho por los resultados, pero afirmó que "lo más importante ahora es continuar en la cooperación internacional". Varios asistentes a la reunión insistieron, sin embargo, en que no se trataba de crear una nueva estructura permanente multilateral. 'No hemos hablado en ningún momento de algo permanente", dijo Oscar Luigi Scalfaro, el ministro italiano, "sino de un acto de presencia que significa: señores presidentes de los Gobiernos, he aquí a los ministros competentes en este grave problema de la lucha antiterrorista y contra la violencia, que quieren solicitar su atención sobre la necesidad de llegar a acuerdos más concretos". "Vamos a dar cuenta de nuestras discusiones a nuestros jefes de Gobierno, en la perspectiva de la cumbre de Venecia", dijo el ministro británico, Douglas Hurt.

Charles Pasqua, por su parte, destacó que la cooperación internacional ha permitido asestar en los últimos meses varios golpes contra el terrorismo en Francia. La detención de redes de las Brigadas Rojas y de terroristas fundamentalistas islámicos, y el hallazgo de un importante depósito de explosivos en el bosque de Fontainebleau se deben, según Pasqua, a la cooperación internacional. Pasqua subrayó también la importancia de la reunión hispanofrancesa de responsables de Interior, que se celebra hoy en el parador de Aiguablava (Gerona), que permitirá establecer con España unas relaciones privilegiadas del mismo tipo que existen ya con Italia y la RFA.

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Seguridad e información

La reunión de esta internacional del antiterrorismo, bajo patrocinio francés, empezó a las nueve y media de la mañana y terminó a primera hora de la tarde. El despliegue de fuerzas de seguridad fue excepcional durante toda la jornada. Varias calles en las proximidades de la plaza Beauvau, a escasos metros del palacio presidencial del Elíseo, fueron cortadas.Los periodistas que asistieron a la conferencia de prensa final se vieron obligados a guardar cola durante más de media hora para ser identificados y registrados minuciosamente.

La conferencia de prensa, con los ministros franceses Charles Pasqua y Robert Pandraud, duró apenas unos 10 minutos, y no permitió conocer ninguno de los pormenores de los temas tratados.

Charles Pasqua, con expresión circunspecta, se prodigó en evasivas, negativas y respuestas irónicas ante las preguntas de los periodistas. Los funcionarios del ministerio colocaron en la primera fila de la conferencia de prensa las cámaras de televisión y los fotógrafos, dejando a los periodistas de pie y amontonados, sin aire apenas y sin micrófonos para hacer preguntas.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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