Varios jóvenes apalean a un militante de AP que pegaba carteles en Vallecas
Carlos Cantalapiedra Moro, militante de AP, resultó seriamente contusionado -clavícula derecha partida, varios puntos detrás de la oreja izquierda y magulladuras en brazos y piernas- en la madrugada de ayer, en la avenida de la Albufera, ante la Junta Municipal de Vallecas, cuando acababa de pegar carteles en la zona y se dirigía solo en su coche hacia la sede del partido en el barrio. Unos ocho jóvenes, que no se identificaron, le golpearon con barras de hierro y bates de béisbol cuando se encontraba en el interior del vehículo, que sufrió destrozos. Le advirtieron que matarían al próximo que pegara carteles aliancistas en la zona.
Dos policías municipales que custodiaban la junta municipal denegaron auxilio a la víctima, según afirma ésta, por lo que el concejal responsable de ese distrito, el socialista Francisco Garrido, ha ordenado una investigación sobre esta supuesta actitud de los agentes, constitutiva de delito. Alianza Popular ha condenado la agresión y ha solicitado una sanción para los agentes, caso de con firmarse la acusación. Los agentes, según Cantalapiedra, afirmaron que no podían socorrerle porque no podían abandonar la custodia del edificio, situado a 500 metros del equipo quirúrgico. La víctima cree, además, que los policías pudieron ver la agresión. Una pareja de novios hubo de trasladar al dispensario al herido, que sangraba por la cabeza y no podía mover el brazo.
Profesor de autoescuela
Carlos Cantalapiedra, de 36 años, está casado, tiene dos niños y trabaja como profesor de autoescuela. Sus lesiones le impedirán trabajar al menos 40 días, y permanecerá internado al menos 24 horas en el equipo quirúrgico de Vallecas.Cantalapiedra no reconoció a sus agresores, que describe como "jóvenes vestidos normal". "Tengo grabada la cara de uno de barba", es el único rasgo que acierta a revelar. Cantalapiedra juzga el suceso "lamentable". Preguntado sobre sus sospechas sobre esta "paliza democrática" como la definió su mujer, afirma que cree que sea obra de "la extrema izquierda". Un compañero de militancia, Álvaro Gutren, es más claro: "Por la zona, es el PSOE, fijo".
La esposa de la víctima tampoco parece albergar dudas. Aunque primero dice que no quiere opinar, presa de indignación, exclama: "Desde luego, han hecho honor a su lema, las cosas bien hechas". No aducen pruebas más concretas. La policía, por lo demás, anoche carecía de pistas sobre el suceso.
El PSOE condenó ayer la agresión y rechazó enérgicamente las acusaciones de que había sido obra de militantes de su partido.
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