Un ciudadano
entró el martes, furibundo, en la sede de Alianza Popular, en la calle Génova. El ciudadano exigió a los aliancistas que tuvieran en cuenta a los hospitales a la hora de dar sus gritos electorales. La queja venía motivada porque la madre del hombre está ingresada en un hospital, en la glorieta de San Bernardo, itinerario recorrido frecuentemente por los coches con megáfono de AP. Sus mensajes turban la tranquilidad de los enfermos. El ciudadano pidió que un militante de AP se pusiera de guardia en la esquina más próxima al hospital y avisara a los de los coches que cesaran de lanzar sus mensajes en ese tramo de calle.-
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