Crisis en el comunismo sueco por su incierto futuro electoral

El Partido de Izquierda-Comunista de Suecia (VPK) clausura mañana su 28º congreso en medio de tensíones internas provocadas por su futuro incierto respecto a las elecciones generales del año próximo. Las últimas encuestas de opinión han mostrado, con leves oscilaciones, que el partido se encuentra apenas por encima del techo del 4% de los votos emitidos para poder estar en el Parlamento. En esas condiciones, el surgimiento de discrepancias en tomo a la conducción del partido, así como a la línea política seguida por éste, pueden comprometer sus posibilidades electorales.La sustitución de Lars Werner -un ingeniero de 52 años que ejerce la presidencia del partido desde 1975-, que algunos congresistas trataron de llevar adelante, no prosperó, y Werner fue reelegido por unanimidad en la sesión del domingo. Ello no quiere decir que los problemas hayan desaparecido, ya que la designación del nuevo Comité Central de 34 miembros, entre ellos el vicepresidente, tarea a la que el congreso se encontraba abocado ayer, ha estado precedida de serias discrepancias.

El cuestionamiento más importante formulado por la corriente opositora tiene que ver con la línea política del partido, al que reprocha el progresivo abandono de los principios marxistas y un excesivo acercamiento a las posiciones socialdemócratas, lo que habría desdibujado el perfil del VPK. La presencia de los comunistas en el Parlamento -19 escaños en la actualidad- ha permitido la conformación del llamado bloque socialista.